Dios nos creó para Sí Mismo, para que le sirvamos en santidad y en justicia, y para que lo glorifiquemos junto a los ángeles.
San Efrén nos enseña una verdad fundamental, a la cual se llega por medio de la fe: el hecho de que no somos dueños de nuestra propia vida, aunque nos parezca que podemos disponer de nosotros mismos. Otro es nuestro Señor. Se trata de nuestro mismo Creador. Y Él nos creó para Sí Mismo, para que le sirvamos en santidad y en justicia, y para que lo glorifiquemos junto a los ángeles.
Desde luego, esto no significa que Dios necesite de nuestras alabanzas. Estas son beneficiosas para nosotros mismos, porque, alabando a Dios, nos llenamos de Gracia, gratitud, sobrecogimiento y de los más altos sentimientos, que finalmente nos llevan a la felicidad.
(Traducido de: Arhimandrit Serafim Alexiev, Izbăvirea de păcate, Tâlcuire la rugăciunea Sfântului Efrem Sirul, Editura Sophia - 2008, p.9)
fuente Doxologia
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