«La oración es un medio para ofrecer a Dios toda la jornada, nos dispone a la escucha y al encuentro con Él, nos abre un horizonte grande y nos ensancha el corazón. La oración es un arte que se debe practicar con insistencia, con perseverancia. Requiere una disciplina, un ejercicio y produce en nosotros una trasformación progresiva: nos hace fuertes en la tribulación y nos da la gracia de estar sostenidos por Aquel que nos ama y nos protege siempre. Todos necesitamos un espacio de silencio para cultivar la propia vida interior y encontrar el sentido a lo que hacemos. Sin vida interior nos volvemos superficiales, inquietos, ansiosos; huimos de la realidad y huimos de nosotros mismos. Por último, la oración nos ayuda a percibir que todo viene de Dios y hacia Él se dirige, y nos enseña a relacionarnos con Él y con todo lo creado»
Francisco
Audiencia General
04-11-2020
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