« ¿De quién es esta imagen? »
En la creación del mundo "todas las cosas fueron hechas por la Palabra de Dios y sin Él nada se hizo" (Jn 1,3). Cuando se trata de crear al hombre, también es la Palabra de Dios la que actúa, puesto que "sin la Palabra de Dios nada se ha hecho". Dios, en efecto, dice esta palabra: "Hagamos al hombre". Sin embargo para expresar la preeminencia de esta criatura sobre las demás, Dios la hizo con su propia mano: "Entonces el Señor modeló al hombre" (Gn 2,7)
"Y Dios, dice la Escritura, modeló al hombre del polvo del suelo".Hasta ahora era barro pero ahora se ha hecho hombre. ¡Qué honor tan excelente para la especie, que es nada, ser tocado por las manos de Dios! ¿Este simple contacto no le era suficiente a Dios para formar al hombre? Más ha querido Dios trabajar este barro para que entendamos que es una obra extraordinaria.
Las manos de Dios iban trabajando, tocando, amasando, estirando, modelando este barro que no deja de ennoblecerse a cada toque de las manos divinas. ¡Dios ocupado en su imagen, dedicado por entero a su creación: manos, mirada, actividad, propósito, sabiduría, providencia, amor sobre todo orientan su trabajo! En esta especie que Él amasa, Dios ya ve a Cristo, que un día será hombre, como esta especie: Verbo hecho carne, como esta tierra que Él tiene entre las manos.
Este es el significado de la primera palabra del Padre a su Hijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza"(Gn 1,26). Dios ha modelado al hombre según la imagen de Dios, es decir según la de Cristo.... Por lo tanto esta especie se reviste de la imagen de Cristo, tal como se manifestará en su encarnación futura, no es solamente obra de Dios, es también promesa de Dios.
Tertuliano (c. 155-c. 220)
teólogo
La Resurrección del cuerpo, 5-6
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