domingo, 27 de junio de 2021

COMPRENDIENDO LA PALABRA 270621


«La niña no está muerta, está dormida»

Una lectura cualquiera del evangelio nos es de gran provecho tanto para la vida presente como para la vida futura. Pero todavía más el evangelio del día de hoy porque contiene la totalidad de nuestra esperanza y expulsa todo motivo de desesperanza... Un jefe de sinagoga acompaña a Cristo junto a su hija y, al mismo tiempo, da ocasión a una mujer que sufría pérdidas de sangre de ir al encuentro de Jesús... Cristo conocía lo que estaba por suceder y no podía ignorar que esta mujer iría a su encuentro. Es ella la que hace comprender al jefe de los judíos que Dios no tiene necesidad de desplazarse, que no es necesario indicarle el camino ni pedir su presencia física. Por el contrario, basta creer que Dios está presente en todas partes y que, donde sea, está allí con todo sus ser y para siempre. Que puede hacerlo todo sin esfuerzo, con tan sólo dar una orden, que manda su poder sin transportarlo; que con un mandato y sin mover la mano hace huir a la muerte; que devuelve la vida con sólo decidirlo, sin necesidad de recurrir a la medicina...

Cristo, desde que llega a la casa y ve a la gente llorando como si la niña estuviera muerta, quiere hacer que sus corazones incrédulos lleguen a la fe. Puesto que pensaban que no se podía resucitar de entre los muertos con mayor facilidad que despertar a uno del sueño, Cristo declara que la niña está dormida y no muerta.

Y sí, verdaderamente, para Dios la muerte es un sueño. Porque Dios hace volver un muerto a la vida en menos tiempo que un hombre saca a un dormido de su sueño... Escucha lo que dice el apóstol Pablo: «En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, los muertos resucitarán» 1Co 15,52)... Por otra parte, ¿cómo hubiera podido condensar en unas pocas palabras la rapidez de un acontecimiento en el cual el poder divino sobrepasa a la misma rapidez? ¿Cómo hubiera podido intervenir el tiempo en el don de una realidad eterna, no sometida al tiempo?


San Pedro Crisólogo (c. 406-450)
obispo de Ravenna, doctor de la Iglesia
Sermón 34; CCL 24, 193s

No hay comentarios:

Publicar un comentario