«Toda persona que tiene hambre y sed, todo extranjero, todo migrante, toda persona sin ropa, todo enfermo, todo preso es el “Niño” que José custodia. Y nosotros somos invitados a custodiar a esta gente, estos hermanos y hermanas nuestros, como lo ha hecho José. Por esto, él es invocado como protector de todos los necesitados, de los exiliados, de los afligidos, y también de los moribundos. Y también nosotros debemos aprender de José a “custodiar” estos bienes: amar al Niño y a su madre; amar los Sacramentos y al pueblo de Dios; amar a los pobres y nuestra parroqui »
Francisco
Ángelus
16-02-2022
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