Un Dios y Rey nos llama
Ya que es un Dios y Rey que nos llama a su servicio, corramos con ardor. Tenemos poco tiempo para vivir y corremos el riesgo de ser encontrados sin fruto el día de nuestra muerte y perecer de hambre. Busquemos responder a nuestro Señor, como los soldados a su rey, ya que después de la campaña nos pedirá un reporte exacto de nuestro servicio.
Si un rey terrestre nos convocara y quisiera que tomáramos un servicio junto a él, no esperaríamos, iríamos hacia él con rapidez. Estemos atentos cuando el Rey de reyes, el Señor de señores, el Dios de dioses, nos llama a su servicio celestial. No nos excusemos por pereza o cobardía.
Corramos con alegría y amor al buen combate, sin dejarnos intimidar por nuestros enemigos. Alégrense siempre en el Señor, ustedes sus servidores, reconociendo en ello la primera marca del amor que el Maestro les porta.
San Juan Clímaco (c. 575-c. 650)
monje en el Monte Sinaí
La Escala Santa, 1º Escalón (L'Échelle sainte, coll. SO 24, Bellefontaine, 1993), trad. sc©evangelizo.org
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