¡Señor, deseo bucear en esta gracia de sanación y liberación!
Espíritu Santo, ven en auxilio de mi fragilidad y levántame.
Dame la gracia de vencer toda dureza de mi corazón, superar cualquier desánimo y hacer Contigo ese camino de renovación.
¡Ven, Espíritu Santo! ¡colócame de pie, hoy, delante de Jesús!
Ven a librarme del pecado, vaciar mis aflicciones y curar mis heridas. Aún sin yo merecerlo, envuélveme con tu amor.
Reconozco que soy pecador, frágil y limitado, pero sé también que son justamente los dolientes y pecadores aquellos que el Señor quiere salvar. Sé que Tu presencia en mi es infinitamente mayor que todos mis pecados. Yo sé que la gracia de Dios que está en mi corazón es infinitamente mayor que todos mis apegos y mis inseguridades. Es infinitamente mas poderosa que todos mis vicios. Es incomparablemente mayor que todas las heridas y recuerdos tristes de mi pasado.
Señor, yo tomo posesión de tu gracia, la que me tienes reservada. Es por la fuerza de Tu Espíritu Santo que me levanto ahora. Con Dios lo voy a conseguir. Bajo el Amparo de San Miguel Arcángel me siento fuerte.
¡Ven, Espíritu Santo! ¡colócame de pie, hoy, delante de Jesús!
Ven a librarme del pecado, vaciar mis aflicciones y curar mis heridas. Aún sin yo merecerlo, envuélveme con tu amor.
Reconozco que soy pecador, frágil y limitado, pero sé también que son justamente los dolientes y pecadores aquellos que el Señor quiere salvar. Sé que Tu presencia en mi es infinitamente mayor que todos mis pecados. Yo sé que la gracia de Dios que está en mi corazón es infinitamente mayor que todos mis apegos y mis inseguridades. Es infinitamente mas poderosa que todos mis vicios. Es incomparablemente mayor que todas las heridas y recuerdos tristes de mi pasado.
Señor, yo tomo posesión de tu gracia, la que me tienes reservada. Es por la fuerza de Tu Espíritu Santo que me levanto ahora. Con Dios lo voy a conseguir. Bajo el Amparo de San Miguel Arcángel me siento fuerte.
Yo confío en Ti y me lanzo enteramente con la seguridad de que tu gracia en mi es infinitamente mayor que todo el mal que hice.
Tu amor restaurador es infinitamente superior a todo el mal que me hicieron y tengo la seguridad de que ese amor curará mi corazón. Yo me levanto ahora en Tu presencia, Señor, para recibir la fuerza de Tu Espíritu Santo liberando, curando, sanando y restaurando mi corazón. ¡Amén!
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