lunes, 18 de febrero de 2013

Crecer espiritualmente es una decisión!


Amados,
crecer físicamente no exige de mí y de ti ninguna decisión,
o sea, crecemos naturalmente,
pero para crecer espiritualmente necesitamos decidirnos por la
santificación.
Cuando tenemos nuestro encuentro personal con Jesús
nacemos espiritualmente, más precisamos tomar la
decisión de crecer.

Existen personas que por alimentarse mal acaban atrasando
el crecimiento de su cuerpo!
Presentan dolencias y estancan su crecimiento.
Espiritualmente sucede lo mismo,
y si no nos alimentamos de Dios también entraremos en un proceso
de parálisis, frenaremos nuestro crecimiento!

Alimentarse de la Palabra de Dios es mantener
nuestra comunión con Él.
Si te sientes frágil, alimenta tu entendimiento con las Sagradas Escrituras,
ellas van a abrirte lo ojos y te darán nuevas alternativas.

La Sagrada Comunión nos une íntimamente a Jesús.
Conserva y aumenta la vida del alma. Nos purifica de los pecados veniales
y enflaquece nuestras malas inclinaciones.
Comulgar esclarece nuestros pensamientos y nos da fuerzas
para practicar el bien.
Nos santifica el cuerpo y deposita en él el germen de la resurrección gloriosa.

Más todavía, no hay forma de crecer y madurar como cristiano sin oración.
Si tu vida de oración es inconsistente y flaca,
tu relación con Dios también será inconsistente y flaca.
Mira cuántas formas de alimentarnos: ayuno, penitencia, santo rosario, adoración, contemplación, alabanzas, jaculatorias...

En fin, hay tantas maneras de sumergirnos enteramente en ese espléndido misterio de amor, fe y crecimiento, que nos conduce a una vida renovada donde sentimos el deseo de aproximación, de la vivencia, de hacer la diferencia cada día, de renunciar al pecado, lanzándonos al sacramento de la reconciliación, donde experimentamos el más profundo amor, con corazones siendo curados y vidas restauradas trayendo de vuelta la revitalización de la vida que nos hace crecer.

Dios desea profundamente que crezcamos y lo busquemos de corazón.
Nuestro fin es volvernos adultos espiritualmente, vivir firmes en Cristo, venciendo todo mal, recibir las abundantes bendiciones de Dios y hacer Su obra como El quiere.
Crecemos espiritualmente a través de una vida vuelta al servicio de Dios todos los días.
Aprendamos de Cristo.
Crezcamos en Cristo.
Vivamos en Cristo y sirvamos a Cristo.
Amén!

CLÁUDIA PATRÍCIA THOMAZIN
COMUNIDADE SÃO BENTO – PARÓQUIA SÃO ROQUE
ITAPETININGA/SP
fuente: portal RCC Diócesis de Itapetininga

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