El Corazón de Jesús se mueve de compasión por cada uno de nosotros. Es de El que brota una fuente inagotable de gracias.
Cuando recordamos la Pasión y Muerte de Jesús en la cruz,
nos sumergimos en un mar infinito de misericordia
y percibimos que del Corazón abierto de Jesús emana la vida
y nos sentimos renovados.
En las apariciones a la hermana Faustina, Él nos habla:
"A las tres de la tarde implora mi Misericordia, especialmente por los pecadores y al menos por un breve tiempo, reflexiona sobre mi Pasión, especialmente sobre el abandono en que me encontré en el momento de la agonía. Esta es la hora de la gran Misericordia para el mundo entero.
En esa hora no negaré nada al alma que me pida en nombre de mi Pasión" (Diario Nº 1320)
El Rosario de la Misericordia viene siendo rezado en muchos lugares. Se ha tornado canal de gracias para muchas personas.
Es una forma de intercesión eficaz, actuando como una extensión del Sagrario Eucarístico y llevándonos a reflexionar sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía.
El Señor promete a la hermana Faustina que: "las almas que rezan el Rosario de la Misericordia tendráN su vida envuelta por Su Misericordia especialmente en la hora de la muerte."
Esa promesa se ha cumplido y somos testimonio de muchas gracias. Son muchas las personas que han alcanzado gracias por intermedio de ese rosario.
Jesús, Yo confío en Vos!
Mons. Jonas Abib.
Fundador Comunidad Canción Nueva.
fuente. Portal Canção Nova.
traducido y adaptado del português
¿Lo rezamos juntos..?
No hay comentarios:
Publicar un comentario