Todo pasa en la vida
¿y lo que no pasa?
Todo en la vida pasa, solamente Dios permanece.
Cuando el sufrimiento llega nos parece que nunca llega a su fin, pero no perdamos de vista que "los sufrimientos del tiempo presente no tienen proporción a la gloria futura que nos debe ser manifestada" (cf. Rom 8,18)
Como es sabido nos apegamos a las cosas que pasan. Apeguemonos con todo nuestro corazón, a lo único esencial para nuestra vida: Jesús, "el mismo de ayer, de hoy y de siempre" (cfr. Hb 13,8)
Señor, danos la gracia de desapegarnos de las cosas que pasan y abrazarnos a las permanentes.
Jesús, manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al Tuyo!
Luzia Santiago.
Co-Fundadora de Canción Nueva.
Fuente: www.cancaonova.com
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