Es de salvación orar y pedirle a Dios por ti y tu familia, para que Él disponga lo mejor, siempre de acuerdo a Su santa voluntad.
Debemos soportar las cargas familiares como tratándose de algo que hemos elegido voluntariamente. Todos nuestros pensamientos ocultos, en tales casos, resultan más perniciosos que útiles. Luego, es de salvación orar y pedirle a Dios por ti y tu familia, para que Él disponga lo mejor, siempre de acuerdo a Su santa voluntad.
Recordemos lo que dice el profeta David, quien, al enfrentar la adversidad con la ayuda de Dios, escribió: “En el Señor puse toda mi esperanza, Él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa fatal, del fango cenagoso (de los pecados); asentó mis pies sobre la roca (de Sus mandamientos), consolidó mis pasos” (Salmos 40, 2-3).
(Traducido de: Sf. Ambrozie de la Optina, Sfaturi pentru familia creștină, Editura Platytera,p. 50-51)
Fuente Doxologia
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