Servir a Cristo servidor en el último lugar
[Cristo:] Vean [mi] dedicación y entrega a los hombres y examinen cuál debe ser la suya. Fíjense en esta humildad para el bien del hombre y aprendan a abajarse para hacer el bien… Aprendan a hacerse pequeños para ganar a los otros, a no temer el descender, a perder sus derechos cuando se trata de hacer el bien. No crean que por el hecho de descender, les será imposible hacer el bien. Al contrario, descendiendo, me imitan. Descendiendo, emplean por amor a los hombres el medio que he usado yo mismo. Descendiendo, caminan por mi camino, por consiguiente, en la verdad. Entonces se está en el mejor lugar para tener vida y para darla a los demás… Por mi encarnación me pongo en el mismo rango de las criaturas, por el bautismo… en el de los pecadores: descenso, humildad. Desciendan siempre, humíllense siempre.
Que los que son los primeros se tengan siempre, con humildad y disposición de espíritu en el último lugar, con sentimiento de descender y servir. Amor a los hombres, humildad, último lugar. Último lugar mientras la voluntad divina no los llame a ocupar otro lugar, porque entonces es preciso obedecer. Obediencia antes que todo, conformidad con la voluntad de Dios. Encontrándose en el primer lugar, siéntanse en el último lugar, por humildad. Ocúpenlo con espíritu de servicio, diciéndose que sólo lo ocupan para servir a los otros y llevarlos a la salvación.
Beato Carlos de Foucauld (1858-1916)
ermitaño y misionero en el Sahara
Retiro, Tierra Santa, Cuaresma 1898
No hay comentarios:
Publicar un comentario