«Sucede cada vez que nos confesamos: allí recibimos el amor del Padre que vence nuestro pecado: ya no está más, Dios lo olvida. Dios, cuando perdona, pierde la memoria, se olvida de nuestros pecados, se olvida. Es tan bueno Dios con nosotros! No como nosotros, que después de decir “no es nada”, a la primera oportunidad nos acordamos con intereses de los males que hemos sufrido. No, Dios cancela el mal, nos hace nuevos dentro y así hace renacer la alegría en nosotros»Francisco
Ángelus 15-09-2019
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