Una corriente que se divide en mucho canales tiene poca profundidad. Únicamente quien carece de un propósito de vida se cansa y se aburre. Es el desperdicio de las energías de la vida a través de amores minúsculos lo que destruye el carácter. La autodisciplina nos integra al profundizar el canal de nuestras vidas. Como dice Santo Tomás de Aquino: "Cuanto más adhiere el corazón del hombre a una sola cosa, más se aleja de otras". Esta concentración del alma en una sola cosa a través de la autodisciplina no sólo perfecciona la personalidad, sino que le otorga una nueva importancia y alegría a las demás actividades de la vida, al ordenarlas en una pirámide o jerarquía de valores, según su verdadera importancia.
Fulton Sheen
Del libro "Eleva tu corazón"
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