“Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo” (Jn 3, 13)
El pastor de todos ha bajado
a buscar a Adán, la oveja perdida
la puso sobre sus hombros y subió
ofreciéndose como sacrificio al amo del rebaño (Lc 15,4; Jn 10,11).
¡Bendito su descenso a nosotros!
Como rocío y lluvia vivificante
descendió sobre María, la tierra agostada
Grano de trigo, encerrado en la tierra
germina en pan tierno (Jn 12,24).
¡Bendita sea su ofrenda!
Desde arriba descendió el poder hacia nosotros
en el seno de la Virgen brilló la esperanza
de la tumba, la vida ha surgido para nosotros
Está sentado a la derecha del Padre como Rey nuestro.
¡Bendita su gloria!
Descendió como torrente desde las alturas
brota de María como retoño
colgado del leño como un fruto
sube al cielo como ofrenda de primicias.
¡Bendita su voluntad!
San Efrén (c. 306-373)
Diácono en Siria, doctor de la Iglesia
Himno 1 sobre la Resurrección
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