«Id al mundo entero. Proclamad la Buena Noticia a toda la creación»
"Robusteced las manos débiles y fortaleced las rodillas vacilantes " (Hb 12,12; Is 35,3)... Llevado por Bernabé y Pablo en su primer viaje apostólico, san Marcos les abandonó rápidamente para volver a Jerusalén (Hch. 15,38). A continuación, fue ayudante de san Pedro en Roma (1P 5,13). Es aquí dónde compuso su evangelio, principalmente después de encontrarse con este apóstol. Después, fue enviado por Pedro a Alejandría en Egipto, donde fundó una Iglesia, una de las más estrictas y de las más poderosas de estos tiempos de los principios... El que abandonó la causa del Evangelio frente a los primeros peligros, se mostró más tarde a un servidor muy resuelto y fiel a Dios, y el instrumento de este cambio parece ser que fue san Pedro, que supo restablecer admirablemente a este discípulo tímido y cobarde.
Se nos da una lección a través de esta historia: por la gracia de Dios, el más débil, puede llegar a ser fuerte. Pues, no hay que poner la confianza en nosotros mismos, ni jamás despreciar a un hermano que da pruebas de debilidad, ni jamás desesperar de nadie, sino llevar su carga (Ga 6,2) y ayudarle a ir adelante...
La historia de Moisés nos muestra el ejemplo de un temperamento orgulloso e impetuoso, que el Espíritu amaestró hasta el punto de hacerlo un hombre de dulzura excepcional...:" El hombre más humilde que ha habido jamás en la tierra " (Núm. 12,3)... La historia de Marcos demuestra un caso de cambio todavía más raro: el paso de la timidez a la insolencia... Admiremos pues, en el caso de san Marcos, una transformación más asombrosa que la de Moisés: "Gracias a la fe, de débil que era, se volvió vigoroso" (cf He 11,34).
San John Henry Newman (1801-1890)
teólogo, fundador del Oratorio en Inglaterra
Sermón «Cobardía religiosa»; PPS, vol. 2, n°16
No hay comentarios:
Publicar un comentario