“Cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, en el Calvario, lo crucificaron allí, con los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda” (Lc 23,33)
A cambio del árbol que provocó la muerte,
crecido en medio del Paraíso (Gn 3,3),
llevaste sobre los hombres el árbol de la cruz,
hasta el lugar llamado Gólgota.
Alivia mi alma, derribada en el pecado
Y que lleva una carga tan pesada;
Alíviala gracias al "yugo suave"
Y gracias a la "carga ligera" de la cruz (Mt 11,30).
El viernes, a las tres,
el día en que el primer hombre fue seducido,
fuiste clavado, Señor, sobre el madero
al mismo tiempo que el ladrón criminal.
Tus manos que habían creado la tierra,
las extendiste sobre la cruz,
a cambio de las manos de Adán y de Eva que se habían extendido
hacia el árbol donde habían recogido la muerte.
Yo que pequé como ellos,
e incluso los sobrepasé …
Perdóname mi delito
como a ellos en la región en donde la esperanza está desterrada.
Subiste sobre la santa cruz,
eliminaste la transgresión de los hombres;
y al enemigo de nuestra naturaleza
lo clavaste allí.
Fortifícame bajo la protección
de este santo signo, siempre vencedor,
Y cuando se levante en Oriente (Mt 24,30),
Ilumíname con su luz.
Al ladrón que estaba a tu derecha
abriste la puerta del Paraíso;
Acuérdate también de mi cuando vuelvas
con la Realeza de tu Padre (Lc 23,42).
Que también yo pueda pronunciar
la respuesta que hace exultar:
“¡hoy, estarás conmigo en el Edén,
en tu primera patria!"
San Nersès Snorhali (1102-1173)
patriarca armenio
Jesús, Hijo único del Padre, § 727-736; SC 203
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