lunes, 3 de enero de 2022

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Juan 1,29-34


Evangelio según San Juan 1,29-34
Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo.

Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel".

Y Juan dio este testimonio: "He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre él.

Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: 'Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo'.

Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios".


RESONAR DE LA PALABRA

¿Qué se esconde en un nombre?

El nombre es importante. En las tradiciones bíblicas, encontramos a los padres eligiendo cuidadosamente los nombres para sus hijos. María recibió instrucciones de llamar Jesús a su hijo. Zacarías llamó a su hijo Juan, siguiendo instrucciones. Jesús rebautizó a Simón. Cada nombre conlleva un significado y una importancia. Tal vez podamos crecer en el significado completo de nuestros nombres.

Hoy celebramos el 'Santo Nombre de Jesús'. Su nombre proviene del nombre hebreo Yeshua, que significa 'liberar', 'rescatar'. Eso es lo que era: El Evangelio de hoy nos dice que declaró abierto el Reino de Dios y que iba por ahí liberando a la gente de sus enfermedades físicas y espirituales. Juan nos dice que Dios quiere "que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo". Entonces, ¿qué hay en un nombre? ¡Más de lo que podemos imaginar! ¡Bienaventurados son aquellos cuyos nombres han sido elegidos con sentido y oración! Y ¡bienaventurado el que cree en el nombre del Hijo!

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

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