Aunque nuestros ojos estén abiertos es probable que andemos por la vida tan dormidos que ni siquiera lleguemos a ser conscientes de esta realidad. Confundimos vida religiosa con vida espiritual. El p. Anthony de Mello solía repetir: “Si no hacemos lo que Dios quiere y nos dedicamos a fabricarnos un Dios “tapa agujeros” es que estamos dormidos. Lo importante es responder a Dios con el corazón. Estar despiertos es cambiar nuestro corazón de piedra por uno que no se cierre a la Verdad.”
Clamemos al Espíritu: ¡Despiértame! ¡¡Que mi vida de Fe se encarne en la hondura de Tu Amor!
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