INTENCIÓN 12 SET 22
Andamos tantas veces por la vida mirando para los costados, mirando lo otro y al otro que imperceptibles obsesiones comienzan a invadirnos. Una de ellas hunde sus raíces en aquello que anhelamos y no pudo ser. En aquello que esperamos y no fue.
Desilusiones y frustraciones son el caldo de cultivo donde se afirma el “sentirnos un fracaso”
Un alto porcentaje de los que nos rodean con palabras, gestos y acciones estarán diciéndonos que no somos lo suficiente. Y el resto lo hará nuestra mente y aquel que, con su cizaña, echará más leña a ese incipiente fuego.
Con enorme facilidad olvidamos volver nuestros ojos hacia lo alto de un monte llamado Calvario donde una cruz fue levantada y lo que pareció a los ojos de muchos el gran fracaso, por pura Gracia llamada Amor, fue, es y será la mayor Victoria jamás alcanzada.
¿Te invaden sentimientos de fracaso? ¡Levanta tus ojos!
¿De dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor que hizo el Cielo y la tierra. (Salmo 120)
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