“Bendecid al Señor, todos sus ángeles... servidores que cumplís sus deseos” (Sal 102,20-21)
Celebramos hoy la fiesta de los santos ángeles... Pero ¿qué podemos decir acerca de estos espíritus angélicos? Esta es nuestra fe: creemos que gozan de la presencia y de la visión de Dios, que tienen una felicidad sin fin, son propiedad del Señor "que el ojo no vio, ni oído oyó, incomprensible para el corazón del hombre "(1 Cor 2,9). ¿Qué puede decir un simple mortal de ellos, a otros hombres mortales, siendo como es, incapaz de entender tales cosas? ... Si no es posible hablar de la gloria de los santos ángeles de Dios, por lo menos podemos hablar de la gracia y el amor que nos muestran, ya que no sólo tienen una dignidad incomparable, sino también una servicialidad llena de bondad...Si no podemos entender su gloria, nos centramos más en la misericordia de la que están repletos estos familiares de Dios, estos ciudadanos del cielo, los príncipes de los cielos.
El mismo apóstol Pablo, que ha contemplado con sus ojos la corte celestial y que ha conocido sus secretos (2 Cor 12,2), certifica que “todos los ángeles son espíritus encargados de un ministerio, enviados para servicio para los que van a heredar la salvación”(Hb 1,14). ¿No ves nada sorprendente, ya que el Creador, el Rey de los ángeles mismo “no vino para ser servido sino a servir y a dar su vida por la multitud de hombres”? (Mc 10,45). Entonces, ¿qué ángel se burla de este servicio, en la que aventajó al de los ángeles en el cielo con presteza y alegría?
San Bernardo (1091-1153)
monje cisterciense y doctor de la Iglesia
1er sermón para la fiesta de san Miguel
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