“Aquel que persevere hasta el fin se salvará” (Mt 10,22)
“Aquel que persevere hasta el fin se salvará” (Mt 10,22). El Salvador del mundo nos dice que será coronado, salvado, aquel que luche y persevere hasta el fin de sus días sin dejarse vencer. O aquel que habiendo caído se levante y persevere. Mis hermanos, estas palabras deberían hacernos temblar y congelarnos de espanto si consideráramos los peligros a los que estamos expuestos, nuestra debilidad y el número de enemigos que nos rodean. (…)
Pero, me dirán, ¿qué es perseverar? ¡He aquí mi amigo! Estar pronto para sacrificar todo -bienes, voluntad, libertad y su misma vida- para no desagradar a Dios. Ustedes dirán: ¿qué es no perseverar? He aquí. No perseverar es caer de nuevo en los pecados que ya hayamos confesado, seguir con las malas compañías que nos hayan llevado hacia el pecado, enorme infelicidad que nos hace perder a Dios. (…) Mis hermanos, si los santos temblaron toda su vida por el temor de no perseverar, ¿qué será de nosotros que no tenemos virtud, ni gran confianza en Dios, estamos cargados de pecado y poco atentos para no caer en las trampas del demonio? Caminamos cómo ciegos en medio de grandes peligros, dormimos tranquilamente entre una multitud de enemigos encarnizados en nuestra perdición.
Ustedes dirán ¿qué hace falta entonces para no sucumbir? Mi amigo, he aquí. Hay que huir las ocasiones que antes nos hicieron caer, recurrir sin cesar a la oración, frecuentar dignamente los sacramentos. Si ustedes lo hacen, si siguen ese camino, ustedes estarán seguros de perseverar. Pero si no toman esas precauciones, podrán tomar otras medidas pero no dejarán de perderse.
San Juan María Vianney (1786-1859)
presbítero, párroco de Ars
Sermón para el 2º Domingo de Pascua (Sermons de Saint Jean Baptiste Marie Vianney, Curé d'Ars, II, Ste Jeanne d'Arc, 1982), trad. sc©evangelizo.org
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