Decir que “mientras vivimos habrá desafíos, pero con coraje para enfrentarlos vamos a vencer” no es necesario, porque el propio Jesús ya habló sobre eso hace más de dos mil años: “En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor; yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33).
Sin embargo, hay momentos en que las preguntas ganan fuerza e influencian directamente nuestra vida. Que hacer, por ejemplo, delante de las perspectivas frustradas, cuando los sueños parecen cada vez más lejanos, cuando las perdidas parecen mayores que las ganancias y los errores superiores a los éxitos?
¿Que hacer cuando miras para atrás y tienes la sensación de que hiciste todo mal y nadie más cree en ti? ¿O peor, cuando ya dejaste de creer en ti mismo? Las preguntas son inevitables, pero las respuestas tardan en llegar. El hecho es que cuando pasamos por momentos difíciles, generalmente no conseguimos ver la acción de Dios en los acontecimientos. Nos faltan fuerzas para rezar y ver allá de nuestros sentimientos heridos; por eso es difícil creer que milagros pueden suceder. Las numerosas preguntas tiene la misma raíz, falta de esperanza, falta de fe.
Dios espera una oportunidad para cambiar tu vida
En este momento, tal vez ya has pensado si vale la pena continuar o, tal vez, esté cuestionándote cual es el sentido de la vida y si aún existe una esperanza. La respuestas, sin embargo, no estan al alcance de una pesquisa en internet, la respuesta esta dentro de ti y tiene un nombre: ¡Dios! Él aún cree en ti!
Sí, Dios no desistió de ti y continua a tu lado esperando una oportunidad para cambiar tu vida. Él cree en tu potencial, en tu capacidad de amar, de superar, de dar un paso más en la dirección de los sueños que Él mismo plantó en tu corazón desde el primer momento de tu existencia.
Dios sueña contigo y desea tu felicidad. “Porque yo sé muy bien lo que haré por ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir lleno de esperanza, palabra de Yavé” (Jer 29, 11).
Así que, aún cuando hoy te encuentres sin esperanza, levanta la cabeza, mira hacia el cielo y piensa en Dios como un Padre bueno y amoroso que esta ahora a tu lado.
Ya que Dios cree en ti, cree tu también y déjate llevar por la fuerza del bien que habita en tu alma. ¡En ese proceso de vida nueva, busca no culpar a nadie! Recordemos que nosotros somos personas libres y que lo que nos sucede es resultado de nuestras elecciones. No tengas la tentación de culpar a los otros y quedar como victima, eso solo perturba la obra nueva que Dios quiere darte.
Así que, aún cuando hoy te encuentres sin esperanza, levanta la cabeza, mira hacia el cielo y piensa en Dios como un Padre bueno y amoroso que esta ahora a tu lado.
Ya que Dios cree en ti, cree tu también y déjate llevar por la fuerza del bien que habita en tu alma. ¡En ese proceso de vida nueva, busca no culpar a nadie! Recordemos que nosotros somos personas libres y que lo que nos sucede es resultado de nuestras elecciones. No tengas la tentación de culpar a los otros y quedar como victima, eso solo perturba la obra nueva que Dios quiere darte.
Busca reconstruir tu historia siempre desde la verdad, porque cuando tu la aceptas, haces una gran descubrimiento: te das cuenta que eres capaz de amar y comienzas a amar concretamente incluso en el dolor.
Yo sé que no es fácil cambiar la forma de pensar y actuar, pero es importante recordar que es posible con la gracia de Dios.
Yo sé que no es fácil cambiar la forma de pensar y actuar, pero es importante recordar que es posible con la gracia de Dios.
¡No desistas! Tu puedes tener la esperanza de que tu futuro va ser mejor, porque Dios cree en ti.
Dijanira Silva
Misionera de la Comunidad Canción Nueva
Misionera de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original publicado por Canción Nueva en español
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