La primera lectura de la carta a los Efesios nos dice hoy que se nos dieron los dones a todos y a cada uno de nosotros para edificar el cuerpo de Cristo. Construir comunidad es nuestra tarea, y cada uno es importante, aun cuando el papel de uno parezca secundario o de poca monta. Cada miembro añade su propia fuerza. ¿O acaso nosotros, como junturas mal ensambladas, contribuimos a la debilidad del todo?
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