Ser artífice de la paz significa no juzgar, no condenar y no hablar mal de los demás. No alegrarse de lo malo que pueda sucederles. Ser artífice de la paz significa tener a todos amorosamente presentes en la oración, pidiendo lo mejor para ellos, incluso la libertad. Ser artífice de la paz significa acoger a los débiles y necesitados, aunque sólo sea con una sonrisa: apoyarlos, regalarles nuestra gentileza y nuestra ternura y abrirles nuestro corazón. Significa también acoger a aquellos con quienes podríamos tener problemas, a quienes no queremos demasiado, a quienes son diferentes a nosotros, ya sea cultural, psicológica o intelectualmente.Vanier, Jean, Busca la Paz, Sal Terrae, Santander, 2006, p. 70.
domingo, 6 de agosto de 2017
SER ARTÍFICE DE LA PAZ
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