«No es una mancha que hay que quitar. Si fuera una macha, bastaría ir a la tintorería y hacerla limpiar… No. El pecado es una relación de rebelión contra el Señor. Es malo en sí mismo, pero malo contra el Señor, que es bueno. Y si yo pienso así mis pecados, en lugar de entrar en depresión, siento aquel gran sentimiento: la vergüenza, la deshonra de la que habla el profeta Baruc. La vergüenza es una gracia»Francisco
Homilía en Santa Marta 06.10.2017
viñeta / dibujo Leonan Faro
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