miércoles, 1 de abril de 2020

COMPRENDIENDO LA PALABRA 010420


Vencedores del mundo con la Palabra

Con la fe nos unimos a Cristo y el edificio de nuestra vida sobrenatural deviene por él firme y estable. Cristo nos hace participar de la estabilidad de la roca divina, contra la cual no puede prevalecer la furia de los infiernos (cf. Mt 16,18).

En consecuencia, sostenidos divinamente, somos vencedores de los asaltos y tentaciones del mundo y del demonio, príncipe de este mundo (cf. 1 Jn 5,4). El demonio y el mundo, que el demonio utiliza como cómplice, nos violentan o nos solicitan. Salimos victoriosos de esos ataques por la fe en la palabra de Jesús. (…) El demonio es “padre de la mentira” (cf. Jn 8,41) y “príncipe de las tinieblas” (cf. Jn 14,30), mientras que Dios es “la verdad y la luz sin tinieblas” (cf. Jn 14,6; 1 Jn 1,5). Si escuchamos siempre a Dios, seremos siempre vencedores. Cuando Nuestro Señor, modelo en todo, fue tentado, ¿qué hizo para rechazar la tentación? Opuso la autoridad de la palabra da Dios a cada sugerencia del maligno. Debemos hacer lo mismo para rechazar los ataques del infierno, con la fe en la palabra de Jesús. (…)

Lo que es cierto del demonio, es cierto del mundo: somos vencedores por la fe (1 Jn 5,4). Cuando tenemos una fe viva en Cristo, no tememos ni dificultades, ni contradicciones, ni juicios del mundo. Porque sabemos que Cristo habita en nosotros por la fe y nos apoyamos en él.


Beato Columba Marmion (1858-1923)
abad
Nuestra fe, victoria sobre el mundo, (Le Christ Idéal du Moine, DDB, 1936), trad. sc©evangelizo.org

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