Novena a la Virgen María para alcanzar lo imposible.
Inicia el día 25 de marzo (Fiesta de la Anunciación)
hasta el 25 de diciembre
Estamos en plena Cuaresma.
En este largo tiempo de penitencia y conversión, hay una fecha en que la liturgia de la Iglesia nos trae un día especial de fiesta y de mucha alegría: es el día 25 de marzo, en que celebramos aquel momento singular en que el ángel Gabriel anunció a María que ella había sido elegida para ser la madre del Salvador. Y ante su sí, el Verbo Divino se hizo carne y habitó entre nosotros, y ella, a partir de aquel instante, se tornó la Madre del Hijo de Dios, por obra del Espíritu Santo.
A partir de aquella hora, todo cambió en la historia de la humanidad, con la Encarnación del Hijo del Altísimo en el seno de la Virgen María se dio inicio a nuestra salvación.
Ante tan grande misterio, el ángel Gabriel pudo proclamar: “para Dios nada es imposible!”.
Fue escogida esta fecha, 25 de marzo, porque es la fecha que marca exactamente los nueve meses antes de la Navidad, 25 de diciembre.
Ante esta realidad, de que para Dios nada es imposible, la devoción popular creó una novena muy especial, que se prolonga durante nueve meses, entre la Anunciación y la Navidad. Se creó también una oración, que ha tomado diferentes formas con el pasar el tiempo. Es una oración para pedir a Dios, con la intercesión de la Virgen, lo imposible y que venga a solucionar situaciones que humanamente se muestran imposibles.
Esta devoción se propagó, porque innumerables personas han sido atendidas y testimoniaron que realmente, para Dios nada es imposible.
¿Por qué, recitando diariamente esta sencilla oración durante estos nueve meses, la gente ve a Dios realizando tantas maravillas?
Primero, porque las personas se van aproximando al gran imposible: el Hijo de Dios, que en estos nueve meses va tomando carne en el seno de la Virgen para traer la salvación a toda la humanidad.
Segundo, porque perseverando en el pedido, durante los nueve meses, uno va creciendo en la fe expectativa que los lleva a tocar concretamente en la realidad de que, si para Dios nada es imposible, todo es posible para el que cree.
Todos tenemos muchas necesidades y, cada vez más, estamos rodeados por tantos imposibles, por eso, resolví presentarte esta novena y esta oración. Que tú también puedas proclamar: lo imposible, Él lo puede realizar.
Mons. Jonas Abib
Fundador Canção Nova
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