Salmo 110
“Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.”
No rezo solo, Señor. Rezo con mis hermanos, con mi familia, con mi grupo: grupo de amigos que, en tu nombre y con tu gracia, vivimos y trabajamos juntos por la venida de tu Reino. Rezo en el grupo y con el grupo, hago mías las oraciones de cada uno, y sé que cada uno hace suyas mis súplicas. Y esto no es simplemente multiplicar el número de los labios que alaban tu nombre, sino dar a la oración un sentido nuevo, una dimensión nueva, una profundidad mayor, porque el grupo, por pequeño que sea, representa a tu Pueblo entero, y así, la plegaria que hacemos juntos es la plegaria de tu Pueblo ante ti. Tú amas a tu Pueblo y te gusta verlo rezar junto. También a nosotros nos gusta rezar juntos ante ti.
El mero hecho de que nos reunamos en tu presencia es ya oración. Nuestro silencio habla, nuestra postura reza, nuestro caer en la cuenta de quién nos rodea es súplica muda de intercesión ferviente. Nuestras palabras, aun cuando sean palabras ordinarias y expresiones corrientes, están llenas de sentimiento y atención mutua, porque conocemos en seguida el acento y sabemos el historial de cada uno. Una breve frase puede encerrar una vida entera, y una simple expresión puede revelar toda un alma, porque conocemos los labios que han hablado y sabemos de qué entrañas sale esa frase. Ni una palabra se pierde en la intimidad del grupo, que sabe perfectamente por qué esa palabra se ha pronunciado hoy.
Cuando nuestras voces se unen en oración común, esa oración también adquiere una nueva urgencia, ya que la armonía de voces disonantes realza la universalidad de la petición que te hacemos. Cuando rezamos nosotros, reza el mundo entero, porque conocemos sus necesidades y vivimos sus ideales. Aun la plegaria individual de una persona por una intención privada se hace universal en el grupo al adquirir la resonancia pública de todos cuantos sabemos que sufrimos del mismo mal y necesitamos la misma bendición. No hay egoísmo en la oración comunitaria, porque cada necesidad concreta, al ser expresada en el grupo, se hace símbolo y representante de todas las indigencias paralelas que llevamos los demás y llevan todos los hombres y mujeres.
La oración que mejor nos sale en grupo es la oración de alabanza. Los salmos se hicieron para cantarlos, y cantarlos no en filigrana de solista, sino en el clamor multitudinario de un pueblo entero en sus festividades y sus procesiones. Por eso nos gusta alabarte juntos con palabras que llegan a nuestros labios en herencia repetida de miles de labios que las han pronunciado antes, y que cada vez se enriquecen con una nueva bendición y una nueva gracia. La alabanza que te ofrece tu pueblo, Señor, es valiosa para ti, que la recibes, y para nosotros, que te la brindamos con la alegría de nuestra fiesta y la música de nuestras voces. Acepta muestras peticiones, nuestras acciones de gracias, nuestra adoración y nuestra alabanza. Sabemos que alabarte a ti es nuestra función como pueblo tuyo, y con toda el alma la cumplimos en la intimidad diaria del grupo consagrado a ti.
“Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.”
Bendice a nuestro grupo, Señor.
Somos pocos pero trabajamos mucho; somos distintos, pero buscamos la unión; incluso nos hacemos sufrir unos a otros a veces, pero nuestro amor puede más que nuestra envidia, y nuestro compromiso mutuo más que nuestras quejas. Bendícenos a lo largo del día en las actividades que nos reúnen para trabajar por tu causa, en momentos de tensión y de expansión, en la conversación y en el trabajo, en la responsabilidad y en la oración. Bendice nuestros planes, nuestras actividades, nuestro esfuerzo, para comprometer en unidad al grupo entero en lo que cada uno de nosotros hace a su manera. Bendice nuestro camino hacia la unidad con sus nobles ideales y su realidad terrena. Haz que de veras seamos la “compañía de los rectos”, para que te agrade la alabanza de nuestra asamblea.
“Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.”
cvsj
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