Es muy importante que no transformes la amistad, la acogida y el abrazo en relaciones virtuales. No permitas que tus vínculos y relaciones se vuelvan apenas “contactos por internet”. Nada sustituye el calor del abrazo de un amigo, un apretón de mano sincero y de ojos que se miran. Por mas práctica y rápida que sea la interactividad virtual, no dejes de respirar el calor del contacto humano. Nunca te conformes con una caricia a distancia porque nuestra sensibilidad exige proximidad. Cuando la gente se encuentra, se abraza, se hace más próximo uno del otro, somos más sanos, afables y humanos. De los miles de abrazos que recibo y doy virtualmente, bastaría solamente uno, personal, para que mi humanidad sea cada vez mejor!
p. Roger Araujo
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