miércoles, 18 de septiembre de 2013

Señor, sálvane, líbrame del mal

“Aquel día grité, Tú me escuchaste, Señor”
Salmo 137

Como el salmista, a lo largo de éste día, lancemos un grito al Señor en toda circunstancia. Tal vez lleguemos a pensar que somos capaces de resolver las cosas solos, pero es un engaño pensar así. No sólo precisamos sino que dependemos del auxilio del Señor.

“En aquellos días, la Reina Ester, temiendo el peligro de muerte que se aproximaba, buscó refugio en el Señor. Se postró por tierra desde la mañana hasta el anochecer, junto a sus criadas y dijo: Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, tú eres bendito. Ven en mi socorro, pues estoy solo y no tengo otro defensor fuera de ti, Señor” (Ester 4,17)

Nuestra actitud debe ser también como la de la reina Ester que, en medio del peligro, buscó refugio en el Señor y no en las cosas, en las personas y en los bienes que poseía, mucho menos en sus propias fuerzas, porque el único auxílio eficaz para nuestra vida es lo que viene del Señor.


Suceda lo que suceda, en éste día, lancemos un grito al Señor del cielo: ¡Señor, sálvame, líbrame del mal!


Jesús, en Vos confío!

Luzia Santiago
Co-Fundadora Comunidad Canción Nueva.
Adaptación y traducción del original en portugués.
Fuente Texto: Mensaje del día www.cancaonova.com

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