¡Buen día, Espíritu Santo!
Aclamaba mi espíritu en el despertar,
¡Buen día, Santo entre los Santos!
Mi corazón amanece postrado de amor,
expectante, agradecido, sonriente.
Resuena en todo el eco de Tu Voz!
Tu Voz todo lo llena, todo lo penetra
Tu Voz llamando, Tu Voz sanando.
Tu Voz instruyendo, Tu voz corrigiendo.
Bendito seas, Dios de Gloria y Majestad.
Sumergirme en el mar de Tu Misericordia anhelo;
zambullirme en las Aguas Profundas de Tu Amor espero;
escuchar Tu Voz que quiebra las ausencias en mi corazón..
¡Ven a visitarme con la Paz que sólo en Vos reside!
Pacifica lo alterado por el pecado;
aquello que se ha vuelto rebelde y obstinado!
y Dame la Gracia de Comulgar a Jesús en íntima comunión!
Amén.
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