Señor, cuando pongo mis pies en marcha,
Cuando todo comienza a despertarse
Cuando descubro la alegría serena de tu visita,
y me recuerdas que lo mejor está por suceder,
mi corazón clama: ¡Ven!
Aún cuando no consiga entender,
Aún cuando siga queriendo todo a mi modo,
Aunque sea todo tan difícil para mí,
Aún así, sé que tus pensamientos son más altos que los míos,
Que tu mirada va más allá de lo que veo,
Y vuelvo a confiar,
Pequeño y quieto,
Sereno, en paz
Vuelvo a confiar en Vos,
Porque sé que vas a cuidar de mi,
Y lo mejor está por suceder.
Me lo anunció la noche, salario de mi pasado,
Me lo grita el día, salario de mi presente.
Dime, Tú que eres íntimo,
Tú que estas aquí soplando sobre mí…
Dime Espíritu Santo, ¿qué podemos hacer juntos hoy?
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