Es el propio Espíritu Santo que “me lleva a este encuentro con Jesucristo”.
“Pero nosotros, en nuestra vida, tenemos en nuestro corazón el Espíritu Santo como un prisionero de lujo: no dejamos que nos empuje, no dejamos que nos mueva.
Hace todo, sabe todo, sabe recordarnos qué dice Jesús, sabe explicarnos las cosas de Jesús.
Solo hay una cosa que el Espíritu Santo, no sabe hacer: Cristianos de salón. ¡Esto no lo sabe hacer! No sabe hacer ‘cristianos virtuales’ sino virtuosos.
Él hace cristianos reales, Él toma la vida real, leyendo los signos de los tiempos y nos lleva adelante así.
Es el gran prisionero de nuestro corazón. Decimos: ‘Es la Tercera Persona de la Trinidad y lo dejamos ahí’…”
Francisco
No hay comentarios:
Publicar un comentario