Isaac el Sirio (siglo VII), monje cercano a Mossoul
Discursos espirituales, 1a. serie, n° 36
«No teman, porque valen más que muchos pájaros.»
No es necesario desear o buscar signos visibles, ya que el Señor está siempre a punto para socorrer a sus santos. No manifiesta, sin necesidad, su poder en una obra o con un signo sensible, a fin de no debilitar la ayuda que de él recibimos, y para no hacernos más debiles. Es así como atiende a sus santos. Les quiere demostrar que les mira secretamente, y no los deja ni un instante, pero también en todo momento les deja que luchen según la medida de sus fuerzas y de su oración.
Ahora bien, si cuando están enfermos o descorazonados una dificultad les derrota poque su naturaleza es débil, él mismo hace, com es debido y como sabe, todo lo que está en su mano para ayudarlos. Tanto como puede les sostiene secretamente, a fin de que tengan la fuerza suficiente para soportar las dificultades que les llegan. Porque con la confianza que les da, desbarata su pena, y por la visión de la fe, les mueve a glorificarle... Sin embargo, cuando es necesario que su ayuda secreta sea conocida, lo hace, pero sólo por necesidad. Son caminos de una gran sabiduría; se prodigan cuando conviene y hay necesidad, pero no de cualquier manera.
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