sábado, 1 de octubre de 2016
Liturgia Viva al despertar 011016
Teresa Martín entró en el Carmelo a los 15 años. Nueve años después murió de tuberculosis. En estos pocos años vivió el “caminito de la infancia espiritual”. No se trata de un camino infantil o pueril, sino de un camino que exige mucha gracia y gran fortaleza. Tuvo que esforzarse contra su terquedad o tozudez, y luchar contra la aridez y la depresión. El suyo fue un camino de los pequeños, los pobres de las bienaventuranzas. Santa Teresita nos muestra lo que Dios puede hacer en nosotros a pesar de nuestras limitaciones humanas, con tal que le dejemos actuar.
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