¡Resucitaste de entre los muertos, tú nuestra Vida!
¡Resucitaste de entre los muertos, tú la Vida de todos! Un ángel de luz clamó hacia las mujeres: “¡Cesen sus lágrimas, lleven a los discípulos la Buena Noticia! ¡Canten este himno a plena voz: Resucitó el Cristo Señor, que siendo Dios quiso salvar la raza humana!”
Señor, escuché hablar sobre el Misterio de tu Encarnación, consideré tus obras y glorifiqué a tu divinidad.
Una calaña de rebeldes te ha clavado a la cruz, Cristo nuestro Dios, y, en tu misericordia, por esta cruz salvaste a los que glorifican tu resurrección.
Antiguamente, haciéndome comer del fruto del árbol, el Enemigo me había expulsado del Edén. Gracias al árbol de la cruz, Dios Bondadoso, fui llamado a mi primer lugar.
Monasterio Santa Catalina del Monte Sinaí
Liturgia de las Horas, s. IX
Canon en honor a la cruz y la Resurrección (SC 486. Sinaiticus graecus 864, Cerf, 2004), trad. sc©evangelizo.org
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