El “Tomás” que habita en vos y en mí,
El “Tomas” que se mueve con destreza en cada uno de nosotros,
se empeña en reclamar certidumbres;
pretende vivir anclado en seguridades.
No se contenta con nada que no se vea;
no cree en nada que no se toque.
Desconfía aun confiando;
no vive, sobrevive;
no espera, se rinde ante el presente;
no sueña, perdió esa capacidad al crecer.
El “Tomás” que habita en vos y en mi
sólo alcanzará la Paz
si cada día, cada anochecer,
mueve atrevidamente su corazón y sus labios
repitiendo y repitiendo:
“Señor mío y Dios mío,
Aumenta mi fe”
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