sábado, 28 de septiembre de 2024

Cuaresma de San Miguel - DÍA 39 - SUBSIDIO COMPLETO


Sábado 28 de septiembre
Día 39: Venciendo el veneno de la envidia

En la Sagrada Escritura (cfr. Gen 4) se nos presenta la envidia como uno de los vicios más antiguos: el odio de Caín hacia Abel se desata cuando se da cuenta de que los sacrificios del hermano agradan a Dios. Caín era el primogénito de Adán y Eva, se había llevado la parte más considerable de la herencia paterna; sin embargo, es suficiente que Abel, el hermano menor, tenga éxito en una pequeña iniciativa, para que Caín se torne sombrío.

El rostro del envidioso es siempre triste: mantiene baja la mirada, parece estar constantemente examinando el suelo, pero en realidad no ve nada, porque su mente está envuelta en pensamientos llenos de maldad. La envidia, si no se controla, conduce al odio del otro. Abel morirá a manos de Caín, que no pudo soportar la felicidad de su hermano.

La envidia es un mal estudiado no sólo en el ámbito cristiano: ha atraído la atención de filósofos y sabios de todas las culturas. En su base hay una relación de odio y amor: uno quiere el mal del otro, pero en secreto desea ser como él. El otro es la manifestación de lo que nos gustaría ser, y que en realidad no somos. Su suerte nos parece una injusticia: ¡seguramente -pensamos- nosotros nos merecemos mucho más sus éxitos o su buena suerte!

En la raíz de este vicio está una falsa idea de Dios: no se acepta que Dios tenga sus propias "matemáticas", distintas de las nuestras. Por ejemplo, en la parábola de Jesús acerca de los obreros llamados por el amo para ir a la viña a distintas horas del día, los de la primera hora creen que tienen derecho a un salario más alto que los que llegaron los últimos; pero el amo les da a todos la misma paga, y dice: «¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿O es que mi generosidad va a provocar tu envidia?» (Mt 20,15). Quisiéramos imponer a Dios nuestra lógica egoísta, pero la lógica de Dios es el amor. Los bienes que Él nos da están destinados a ser compartidos. Por eso San Pablo exhorta a los cristianos: «Ámense cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que a sí mismo» (Rm 12,10). ¡He aquí el remedio contra la envidia!

Papa Francisco, 28 febrero 2024

1. Petición: Vencer el veneno de la envidia que corroe nuestros corazones.
2. Texto bíblico: Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad. (Santiago 3,16)
3. Texto del Papa Francisco: “La envidia destruye las relaciones y nos aleja del amor de Dios. Debemos aprender a alegrarnos por los éxitos de los demás.” (Audiencia General, 21 de noviembre de 2018)
4. Oración: Blíndame con Tu Poder
5. Ofrecimiento: Abstenerse de criticar o juzgar a los demás, dedicando el día a expresar gratitud y aprecio.


Invocación a la Santísima Trinidad


Proclamemos nuestra Fe:
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del Cielo y de la Tierra….

Juntos decimos:
La Santa Cruz sea mi luz;
No sea el demonio mi guía.
¡Apártate, Satanás!
No me sugieras cosas vanas,
Maldad es lo que me brindas,
Bebe tu mismo tu veneno.



Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén

Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte.
Amén

 


Oración a San Miguel Arcángel

(Pequeño Exorcismo Papa León XIII)


Arcángel San Miguel,
defiéndenos en la lucha;
Ampáranos contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y Tú, príncipe de la Celestial Milicia,
lanza al infierno con el Divino Poder a Satanás
y a los otros malignos espíritus
que para perdición de las almas vagan por el mundo.
Amén.
Oración:
BLINDAME CON TU PODER

En este momento en que me encuentro en oración en Tus brazos, Jesús,
te pido la gracia de ser libre de este veneno que es la envidia,
traída al mundo por Satanás.
Señor, te pido que vengas en auxilio de mis flaquezas y mis debilidades.
Entrego de todo corazón a Ti, Señor, todos los momentos
en que experimenté el sentimiento de envidia,
ya sea con amistades o con bienes materiales.
Te pido, Espíritu Santo, que vengas sobre mi corazón
y sobre mi vida,
liberándome de las raíces de la envidia.

Ven, Espíritu Santo de Dios, dame un corazón puro y simple,
que se alegra con aquello que soy y que tengo.
Ven, Espíritu Santo, abre mis ojos a las riquezas que poseo.
Ven, Espíritu Santo de Dios, blíndame con tu poder
para que me proteja de los envidiosos que quieren perjudicarme
a mí y a mis familiares.
Renuncio a toda envidia en el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Coronilla a San Miguel Arcángel
(En las cuentas grandes)

Reina de los Cielos y Señora de los Ángeles,
que has recibido de Dios,
el poder y la Misión de aplastar la cabeza de Satanás,
te pedimos humildemente,
que envíes a las legiones celestiales para que, 
por tu mandato, persigan a los demonios,
los combatan en todas partes,
repriman su audacia y los devuelvan al abismo.
¿Quién como Dios? ¡Nadie como Dios!
¡Oh, buena y tierna Madre!
Tú serás siempre nuestro amor y nuestra esperanza.
¡Oh, divina Madre!
Envía a los santos Ángeles
para defendernos y rechazar lejos de nosotros
al cruel enemigo.
Amén

(En las cuentas pequeñas – 10 veces)

· San Miguel y todos los santos Ángeles,
Rueguen por nosotros.

 

DÍA 39: Señor Jesús, que siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, quien en su juventud fue envidioso y ambicioso, podamos hoy recibir el don de la gratitud y la generosidad para poder donarnos generosamente al servicio de los demás.

ORACIONES FINALES

de sanación y liberación propias de cada decena



Al finalizar la Primer Decena
YO (pronuncia aquí tu nombre completo)
EN NOMBRE DE JESUCRISTO
CLAMO SEA ROTA EN MI Y EN MI FAMILIA,
TODA CONTAMINACIÓN ESPIRITUAL,
TODA FURIA DEL DEMONIO.
TODA ESPADA Y DARDOS INFLAMADOS
SEMBRADORES DE MENTIRAS, TRISTEZAS,
ANGUSTIAS Y DEPRESIONES


YO, (pronuncia tu nombre)
EN NOMBRE DE JESUCRISTO
TE PROHIBO TOCARME A MI,
TOCAR MI FAMILIA.



Al finalizar la Segunda Decena
YO (pronuncia aquí tu nombre completo)
EN NOMBRE DE JESUCRISTO
CLAMO SEAN ROTAS EN MI Y EN MI FAMILIA, TODA MALDICIÓN,
TODO YUGO HEREDITARIO NEGATIVO ME SUMERJO AHORA,
JUNTAMENTE CON TODOS LOS MÍOS, EN LA SANGRE DE JESÚS


YO, (pronuncia tu nombre)
EN NOMBRE DE JESUCRISTO
TE PROHIBO TOCARME A MI,
TOCAR MI FAMILIA.

Al finalizar la T
ercer Decena
YO (pronuncia aquí tu nombre completo)
ME ESCONDO AHORA BAJO LA PROTECCIÓN DEL ALTÍSIMO
Y ME COBIJO BAJO EL MANTO PROTECTOR
DE LA VIRGEN MARÍA Y DE TODOS LOS SANTOS Y SANTAS.
ME COBIJO BAJO LA PODEROSA
INTERCESIÓN DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Y DE TODOS LOS ÁNGELES.
Y DECLARO AHORA: JESUCRISTO ES EL SEÑOR DE MI VIDA,
DE MI FAMILIA, DE TODO LO QUE TENGO Y DE TODO LO QUE SOY.
CLAMO QUE LA SANGRE DE CRISTO QUE LAVA Y LIBERA,
HOY, AQUÍ Y AHORA, ME LAVE, ME CURE
Y NOS CUBRA CON SU PODER A NOSOTROS, A NUESTRAS FAMILIAS,
NUESTRAS CIUDADES Y PAÍSES.


YO, (pronuncia tu nombre)
EN NOMBRE DE JESUCRISTO
TE PROHIBO TOCARME A MI,
TOCAR MI FAMILIA.

Al finalizar la Cuarta Decena
YO (pronuncia aquí tu nombre completo)
POR MI CASA, POR MIS BIENES,
POR MI VIDA FINANCIERA,
POR MI TRABAJO, POR MIS RELACIONES,
POR MI MATRIMONIO,
POR MI ESTUDIO,
POR MI NOVIAZGO, POR MIS AMISTADES,
DIGO CON FE:


YO, (pronuncia tu nombre)
EN NOMBRE DE JESUCRISTO
TE PROHIBO TOCARME A MI,
TOCAR MI FAMILIA.

Al finalizar la Quinta Decena
YO (pronuncia aquí tu nombre completo)
CLAMO AHORA,
EN NOMBRE DE JESÚS
QUE TODO MAL SEA DISIPADO.
QUE TODA ENFERMEDAD SEA EXTERMINADA.
QUE TODA OPRESIÓN,
Y PANDEMIA QUE PESA SOBRE NOSOTROS,
SEA DE UNA VEZ DESTRUIDA.

YO, (pronuncia tu nombre)
EN NOMBRE DE JESUCRISTO
TE PROHIBO TOCARME A MI,
TOCAR MI FAMILIA.





Letanías de San Miguel Arcángel


Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Trinidad Santa, un solo Dios,

Santa María, Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.
San Miguel, ruega por nosotros.
San Miguel, lleno de la gracia de Dios,
San Miguel, perfecto adorador del Verbo Divino,
San Miguel, coronado de honor y gloria,
San Miguel, poderoso Príncipe de los ejércitos del Señor,
San Miguel, portaestandarte de la Santísima Trinidad,
San Miguel, guardián del paraíso,
San Miguel, guía y consolador del pueblo israelita,
San Miguel, esplendor y vigor de la Iglesia militante,
San Miguel, honor y alegría de Iglesia triunfante,
San Miguel, luz de los Ángeles,
San Miguel, baluarte de los ortodoxos,
San Miguel, fuerza de los que combaten bajo el estandarte de la Cruz,
San Miguel, luz y confianza de las almas en el último momento de la vida,
San Miguel, socorro certero,
San Miguel, nuestro auxilio en todas las adversidades,
San Miguel, heraldo de la sentencia eterna,
San Miguel, consolador de las almas que están en el Purgatorio,
San Miguel, a quien el señor encomendó recibir las almas después de la muerte,
San Miguel, nuestro Príncipe,
San Miguel, nuestro Abogado,

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, glorioso San Miguel,
Príncipe de la Iglesia de Jesucristo,
para que seamos dignos de sus promesas.

 

Señor Jesús, santifícanos con una bendición siempre nueva,
y concédenos por la intersección de San Miguel,
aquella sabiduría que nos enseña a juntar las riquezas del cielo
y cambiar los bienes temporales por los de la eternidad.
Tú, que vives y reinas por todos los siglos de los siglos.

 

Consagración a San Miguel Arcángel

 

Oh noble príncipe de los ángeles,
valiente guerrero del Altísimo,
celoso defensor de la gloria del Señor,
terror de los espíritus rebeldes,
amor y deleite de todos los ángeles justos,
mi queridísimo Arcángel San Miguel,
deseando ser parte del número de tus devotos y servidores, 
a ti hoy me consagro, me entrego, me ofrezco y coloco,
a mi familia y todo lo que me pertenece,
bajo tu más poderosa protección.

La ofrenda de mi servicio es pequeña,
siendo como soy un miserable pecador,
pero magnificarás el cariño de mi corazón;
a partir de ahora estoy bajo tu apoyo
y confío que sabrás ayudarme durante toda mi vida,
y obtener para mí el perdón de mis muchos y graves pecados,
la gracia de amar a Dios con todo el corazón,
a mi querido Salvador Jesucristo y a mi madre María Santísima;
obtén para mí las ayudas que necesito
para alcanzar la corona de la gloria eterna.

Defiéndeme de los enemigos del alma,
especialmente en el momento de la muerte.
Ven, oh príncipe glorioso,
a asistirme en la última batalla y con tu poderosa arma
arroja a los abismos del infierno,
ese ángel orgulloso y rompedor de promesas que
una vez postraste en una batalla en el cielo.

San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la lucha para que no perezcamos
en el juicio supremo.
Amén

Bendición final

Nuestra protección está en el nombre del Señor.
- Qué hizo el cielo y la tierra.
Por intercesión de San Miguel Arcángel, bendícenos Dios Todopoderoso, Padre e Hijo y Espíritu Santo.

Amén.  



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