viernes, 13 de septiembre de 2024

EN MI SOLEDAD


Padre Celestial,
en las horas silenciosas de mi soledad,
acudo a Ti, fuente eterna de todo consuelo.
Tu palabra me asegura que Tú estás cerca
de los quebrantados de corazón y salvas a los abatidos de espíritu.
Hoy, estoy de pie entre las sombras de la soledad,
mi corazón resuena con el deseo de conexión y comprensión.
Señor, en Tu misericordia,
recuérdame que nunca estoy verdaderamente solo.
Fortalece mi corazón,
infunde Tu santa presencia en mi espíritu
y sustituye el vacío por Tu amor infalible.
Ayúdame a ver más allá del vacío inmediato,
hacia la vida abundante que Tú prometes
y que se encuentra justo más allá del horizonte de mi visión actual.
Enséñame a encontrar consuelo en Tu creación,
en la belleza que habla de Tu compañía incluso en el silencio.
Concédeme el valor de tender la mano,
de tender puentes donde se han ensanchado las brechas,
y de ser un faro de Tu amor para otros
que también recorren este camino solitario.
Al superar mi propia soledad,
permíteme ser un recipiente de Tu calor y Tu luz
para los que me rodean.
Porque dando es como recibimos,
y consolando es como somos consolados.
Descanso en el conocimiento
de que Tú estás siempre conmigo,
hasta el fin de los tiempos.
Que esta verdad ancle mi alma en la paz y la alegría,
disipando las sombras como el alba rompe la noche.
Amén.

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