martes, 10 de septiembre de 2024

¿Es posible dejar atrás la ansiedad?


Cómo salir de la ansiedad
¿Es posible dejar atrás la ansiedad?

Más, mucho más de lo que se suele imaginar la ansiedad es un problema que puso en evidencia la vida moderna afectando a personas de diversos orígenes y creencias. Por lo general ella comienza con pensamientos negativos que, como un veneno, se infiltran lentamente en el corazón. Suele conducir al desaliento, la tristeza y la pérdida de entusiasmo por la vida. 

En 2017, -antes de la pandemia-, se estimaba que 284 millones de personas en todo el mundo experimentaban ansiedad. Hoy, pasado el encierro vemos un crecimiento desmedido manifestándose en sentimientos intensos de preocupación, miedo y tensión que juegan e interfieren en lo más cotidiano de la vida diaria.

Como cristianos sabemos que no es posible pasarle por el costado al problema, sino enfrentar, abordar este trastorno confiando en el Dios Amor que nos cuida y nos invita a poner en Él, en todas las circunstancias de la vida nuestra plena confianza en Él.

En la base de nuestra "reconstrucción" esta la fe en Dios, y esto nos lleva a superarla gracias a la compañía que transita con nosotros el camino. La oración se transforma en un puente por el cual pasan nuestros dolores y angustias hasta llegar a las manos de Jesús donde superamos todo.

La fe en Dios nos proporciona una base sólida para enfrentar y superar la ansiedad. También nos recuerda que no estamos solos en nuestra lucha. Podemos acudir a Dios en oración, depositar nuestras preocupaciones en Sus manos y buscar Su paz, que supera todo entendimiento.

La misma Palabra nos anima a confiar, a llevar al Divino Corazón toda preocupación y recordar Quién es el que nos sostiene.

Aquellos que han asumido la "lectura orante" de la Palabra como lo hemos tantas veces explicada, podrán descubrir y aplicas aquellos Principios Eternos que contiene, así como asumir las promesas y los mandatos, aplicando las enseñanzas para encontrar alivio y Fortaleza en todo mal.

Perspectiva bíblica

El rey David escribió: “¿Cuánto tiempo más seguiré angustiado? ¿Cuánto tiempo más sufriré esta pena?” Salmo 13:2
¿Qué le ayudó a seguir adelante? Orar le permitió compartirle a Dios su angustia, convencido de que él lo amaba.
Dios nos invita a desahogarnos con él cuando tenemos ansiedad, pues él se interesa por nosotros.

  • “Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.” 1 Pedro 5:7
  • “La preocupación agobia a la persona; una palabra de aliento la anima” Proverbios 12:25

“Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”. Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.” Mateo 6:31-33

“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7

El apóstol Pablo nos insta a no preocuparnos por nada, sino a orar y presentar nuestras peticiones a Dios, prometiéndonos la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento.

“Entrégale tus cargas al Señor, y él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan.” Salmo 55:22

El salmista nos recuerda que podemos echar nuestras cargas sobre el Señor y confiar en Él, sabiendo que Él nos sustentará.

Sumergirnos en estos pasajes  nos brindará una base para comprender cómo Dios se preocupa por nuestras preocupaciones y nos invita a confiar en Él en medio de la ansiedad.

Muchos principios Bíblicos nos invitan a confiar en Dios y a entregar nuestras preocupaciones a Él. Estos principios pueden servir como guía y consuelo en tiempos de ansiedad. Algunos de estos principios incluyen:

– Confianza: Reconocer que Dios es fiel, bondadoso y amoroso, y que se preocupa por nosotros y nuestras cargas.

El mandato de Dios de confiar con todo el corazón mientras le entregamos el control tiene mucho sentido. ¿Cómo encontraremos paz si decimos que estamos confiando en Dios, pero a la vez procuramos controlar aquellas cosas que solo Dios puede controlar?

La paz que no se diluye es la que brota, surge de la confianza en que Dios es Dios, que todo lo puede, en el Dios de los imposibles. Salomón lo afirmaba diciendo: "No te apoyes en tus propio entendimiento" y permitía que el control para tomar decisiones estuviese apoyado en el mismo Dios.

De tal manera es tan nuestro ese, “no te apoyes en tu propio entendimiento”, que logra transmitirnos la idea de dejar cualquier control que surja de la confianza en nosotros mismos en nuestra autosuficiencia, que nos haga sentir cómodos y seguros cuando se trata sobre lo que está bien o mal, lo que conviene o no conviene en este momento.

La radicalidad del abandono se percibe en el control para tomar decisiones personales y el control para elegir lo que uno cree que es correcto. Es necesario que este tipo de control sea totalmente entregado a Dios.

“El camino del necio es recto a sus propios ojos, más el que escucha consejos es sabio”. Proverbios 12:15 

Solo si la opción es vivir en humildad,  permitiendo que el control de la vida brote en la escucha de lo que Dios tiene que decir en Su Palabra, podremos, podrás ver cómo toda ansiedad se derrite como cera en el fuego.

-Oración y comunicación con Dios: La oración es una herramienta poderosa para compartir nuestras preocupaciones y miedos con Dios y encontrar consuelo en Su presencia.

A muchos puede sonarle extraño en sus oídos pero debería ser un hábito permanente, no busquemos a Dios solo en momentos de dificultad sino en todo momento, es una relación estrecha con él, es una dependencia de su presencia en nuestras vidas.

–Entrega y rendición: Hablemos de dos principios bíblicos. El primero puede resultarnos mas familiar en cuanto a las prédicas que solemos escuchar; el segundo un escalón más, es una entrega sin condicionamientos, es prender a rendir nuestras preocupaciones y ansiedades a Dios, reconociendo que Él tiene el control y puede cuidar, de nosotros de manera sobrenatural porque nuestro Dios es un Padre Providente.

La comprensión de estos principios bíblicos serán el ancla que nos posibilite comprender en perspectiva sólida y basada en la fe cuanto enfrentamos frente a la ansiedad. Nos recordará que nunca estamos solos en la lucha y que podemos confiar en el Dios que nos ama y nos guía.

  • Apliquemos, hagamos uso de estos principios bíblicos en nuestras vidas.
  • Aprendamos a encontrar consuelo, esperanza y fortaleza en medio de la ansiedad.
  • La fuente de sabiduría y guía se encuentra en La Palabra incluso cuando enfrentamos desafíos emocionales como la ansiedad.

¿Cuáles son las causas? ¿Qué desencadena la ansiedad? 

Si bien existen algunos desencadenantes comunes que afectan a los creyentes, estos varían pudiendo incluir:

  • Expectativas excesivas: Sentirse abrumado por las expectativas de rendimiento, espiritualidad o perfección que a menudo se sienten en la comunidad cristiana.
  • Culpa y remordimiento: Experimentar ansiedad debido a sentimientos de culpa por errores pasados o por no cumplir con los estándares morales percibidos.
  • Dudas y cuestionamientos de fe: Enfrentar la ansiedad debido a preguntas o dudas sobre la fe, la existencia de Dios, o la comprensión de la voluntad de Dios en situaciones difíciles.

Signos y síntomas de la ansiedad comunes:

  • Agitación o tensión
  • Sensación de peligro, pánico o catástrofe
  • Aumento del ritmo cardíaco
  • Respiración acelerada 
  • Sudoración
  • Temblores
  • Sensación de debilidad o cansancio
  • Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual.
  • Problemas para conciliar el sueño
  • Padecer problemas gastrointestinales (GI)
  • Dificultades para controlar las preocupaciones
  • Necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad
Factores desencadenantes:
  • Temor: El temor a no estar a la altura de las expectativas de Dios, temor a la condenación, temor a perder la salvación, entre otros.
  • Incertidumbre:  Sobre el futuro, la dirección de la vida, o los propósitos de Dios.
  • Falta de confianza en Dios: La ansiedad puede surgir cuando no confiamos plenamente en la bondad y el cuidado de Dios en nuestras vidas, dudando de que Él nos proveerá y nos guiará.

Buscando refugio en Dios
Buscar la presencia de Dios: Permitir que Su paz llene nuestro corazón.  Experimentar Su consuelo.
La oración fortalece la fe y confianza en Dios; Adoración y Comunión frecuente, Lectura orante de La Palabra.

Para superar la ansiedad
Al cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente, fortalecemos la capacidad para enfrentar y manejar la ansiedad. 

Ejercicio físico regular: libera endorfinas, reduce el estrés y promueve un estado de bienestar general. 
Hábitos de sueño saludables:  esencial para el equilibrio emocional y mental. 
Prioridades claras: Identificar y asignar tiempos adecuados. Aprender a decir “no” y delegar tareas cuando sea posible.
Apoyo comunitario: Saber pedir a la familia, amigos o hermanos de comunidad de la iglesia.
Compartir preocupaciones.
Buscar ayuda emocional puede aliviar la carga y reducir la ansiedad.
Procurarse un Director Espiritual.

Existe entre los que formamos parte de la renovación carismática católica una oración llamada "Baño de Luz" en la que pedimos al al Espíritu Santo nos revele cual puede ser la raíz de nuestra ansiedad para liberar y romper estos patrones y llevar esto también a la ayuda profesional.

Acompañamiento profesional: 
  • Profesionales de la salud mental capacitados puede brindarnos herramientas, orientación y apoyo especializado para superar la ansiedad.
  • Profesionales que puedan comprender las dimensiones espirituales y emocionales de la ansiedad en el contexto cristiano y proporcionar un enfoque integral en el proceso de sanación.
  • Terapia individual o de grupo: Puede ser una opción efectiva para abordar la ansiedad. Explorar las causas subyacentes de nuestra ansiedad, aprender técnicas de manejo del estrés y recibir apoyo emocional durante el proceso de recuperación.
  • Grupos de apoyo en la parroquia: Participar puede brindarnos un espacio seguro para compartir nuestras experiencias, recibir apoyo y aprender de otros.
Nuestro Dios es un Dios compasivo y amoroso, Rico en Misericordia que comprende cada una de las luchas de nosotros, sus hijos, y siempre esta listo para brindar consuelo y apoyo.


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