La criatura humana fue hecha para adorar a Dios.
Cuando nos enfentamos y nos abrimos a Dios quedamos asombrados y admirados por Él. La característica de la adoración es esa admiración. Algunas veces ni siquiera tenemos palabras. Quedamos boquiabiertos delante del Santísimo Sacramento.
Dios nos dio inteligencia para saber y conocer. Nos dio la sensibilidad. Sentimos y tenemos emociones. Así cuando estemos delante de Jesús Eucarístico sentiremos esa emoción diferente de estar admirados, emocionados y envueltos delante de Él: es la oración del corazón apasionado, oración secreta, porque está envuelta por la presencia de Dios y porque de Él se ocupa de manera ininterrumpida.
Nuestra admiración delante de Dios nos vuelve más gente, nos hace más humanos, nos hace crecer como personas. Cuanto más nos aproximamos a Dios tanto más nos volvemos criaturas sensibles. Por eso el Señor nos dio la gracia de poder adorarlo.
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib.
Fundador Comunidad Canción Nueva
fuente: Mensaje del día www.cancaonova.com
adaptación del original en portugues.
foto Canção Nova
Mons. Jonas Abib.
Fundador Comunidad Canción Nueva
fuente: Mensaje del día www.cancaonova.com
adaptación del original en portugues.
foto Canção Nova
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