La necesidad de los lazos de amistad para el desarrollo humano
“¡Quien encontró un amigo encontró un tesoro!” La vida está hecha de momentos llenos de experiencias humanas que hacemos unos con los otros.
Cuando somos bebés, la primera persona con quine socializamos es nuestra madre; en seguida, nuestro padre o aquellos que cuidaron de nosotros. Son ellos quienes nos da la primera oportunidad de salir del contacto con nuestro mundo particular y nos inserta en un mundo colectivo, de varias experiencias.
Son estos contactos que nos posibilitan las primeras relaciones sociales y con ellas los lazos de amistad van ser formado.
Con amigos aprendemos también otros valores, creamos habilidades de relación, de interacción y establecimiento de vínculos que pueden durar por toda la vida.
Busqué varias definiciones para amistad y unas de ellas llamó bastante mi atención: “Se entiende por amistad como una interacción íntima, espontánea y recíproca entre dos personas, caracterizada por un fuerte componente afectivo (Bukowski e cols., 1996).”
Amistad es aquel acto que tenemos fuera del círculo familiar, es decir, que construimos a partir de las relaciones con otras personas; seguramente, es un proceso importante, porque somos constituidos de dimensiones variadas, es decir, una dimensión afectiva, biológica, cognitiva y sociocultural, todas relacionadas y que surgen por medio del contacto con otras personas y otros contextos.
En cada etapa de la vida los amigos aparecen de una forma. En la adolescencia, es sorprendente la forma como la amistad tiene un papel diferencial en el contacto con el otro. Los amigos son tan importantes y influyentes, que los jóvenes, dependen de las elecciones que hacen, pueden seguir por caminos positivos o negativos.
En la infancia, los amigos pueden cumplir el papel de intercambiar experiencias, cariño y diversión. Con el crecimiento del niño, comienzan los lazos de confianza, lealtad y intimidad, teniendo a la vista intereses comunes, bien como compromiso tanto para mantener como para crear nuevas amistades. Se incluyen en estas amistades, las competencias y los conflictos típicos. (Bukowski e cols., 1996; Hartup, 1999).
En las amistades, ejercitamos el perdón, la caridad, o salir de nosotros mismos para ayudar al otro, un hecho que está tan olvidado en nuestra sociedad egoísta y egocéntrica. Nuestro gran desafío es el cultivo de amistades sanas, que pueden tener un efecto positivo en nuestra vida. Amigos no solo dan elogios; amigos verdaderos hablan de las verdades que pueden doler, pero son aquellos con quien podemos contar, reír, charlar, llorar ser apoyo y nos apoyar.
Amigos de verdad nos entienden solo con una mirada, porque saben de nuestra esencia; y como nos dice la citación: “¡Quien tiene un amigo encontró un tesoro!”.
Queda una invitación para ti: ¡manda un “Hola” para su gran amigo o amiga, aunque esté cerca o lejos! ¡Seguramente harás que su día sea diferente!
Traducción: Thaís Rufino de Azevedo
Elaine Ribeiro
Psicologa Clínica y Organización, colaboradora de la Comunidad Canción Nueva
Psicologa Clínica y Organización, colaboradora de la Comunidad Canción Nueva
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