Una mujer no necesita pedir que la amen
No necesitas pedir ni mendigar para ser amada, mereces ser amada por lo que eres
Todos nosotros, seres humanos, anhelamos amar, ser amados y tenemos también la necesidad de ser aceptados. Es intrínseco al ser humano desear la aprobación del otro, por eso la desaprobación y el rechazo nos causan tanto sufrimiento. Mientras tanto, es necesario que entendamos que las personas piensan de forma diferente y pueden tener deseos opuestos a los nuestros, por lo tanto no siempre seremos prioridad para aquellos que lo son para nosotros. La lucha de una mujer sabia, virtuosa y conciente debe ser la de saber lidiar con sus frustraciones y por más doloroso que sea, aprender a superarlas.
Cuando una relación de a dos llega al fin, por diferentes motivos, lo más dificil sin dudarlo, es aceptar que la otra parte ya no nutre por nosotros el mismo sentimiento que antes y por diversas situaciones, se llega a la conclusión de que ya no desea estar más a nuestro lado. Siendo así, escoge seguir su vida por otro camino, o más aún, al lado de otra persona.
El sentimiento de rechazo siempre es uno de los más dolorosos para el ser humano pues todos queremos sentirnos aceptados y amados por aquellos a quienes escogemos amar. Mientras tanto, no nos podemos olvidar nunca que amar es una decisión unilateral, que hacemos sin tener garantías de que el otro hará la misma opción por nosotros.
Por lo tanto, podemos “escoger amar a alguien” sin ser correspondidos por ese alguien. Necesitamos tener claro que amar no significa poseer al otro. Al contrario, amar es querer lo mejor para el otro y dejarlo libre para tomar sus propias decisiones. Quien ama de verdad no desea aprisionar al ser amado.
Por esto, cuando eso suceda, por más que duela, no debemos exponernos ni humillarnos. El amor no se da por pedidos o por insistencia, ni por pena. Declaraciones de amor para quien ya dejó claro que no corresponde a ese sentimiento son totalmente infundamentadas. No vale la pena implorar amor, busca respetarte a ti misma, respetando la voluntad del otro. Hay que cuidar también para no entrar en las comparaciones, y en todo lo que vivas busca dar siempre tu mejor, permitiendo que el otro siga su camino.
No dejes que eso te transforme en una mujer rebelde y malhumorada con la vida. No porque no eres amada como quisieras que dejarás de amarte y amar la propia vida. Mirate por entero, busca la belleza que existe en el fondo de tu ser y da espacio a tus buenos sentimientos, manteniéndote bien contigo misma, por más que tu alma aún sufra.
¡Sepa que tu no eres una mercaduría que se cambia! Por eso apodérate de ti misma, de tu valor y de tu dignidad como persona. Levanta tu cabeza y continúa. Ten en mente que las decepciones hacen parte de la vida. Si te equivocaste, perdonate, si alguien se equivocó contigo, ten misericordia y para de alimentar deseos de venganza en tu corazón.
Es muy dificil sentirse rechazado por la persona amada, sin embargo es peor quedarse esperando que eso cambie, es decir, que por alguna razón esa persona regrese y le gustes nuevamente. Quienes paralizan sus vidas – en la esperanza de transformar el desprecio en amor – están optando por ampliar su sufrimiento. El momento es para superar, no para cambiar la opinión del otro o de las personas a su alrededor, sino esencialmente para ti. Por lo tanto, desvía tu atención hacia otras cosas, toma un tiempo para ti misma, para rezar, para estar con tus amigos y familiares, para envolverte con un nuevo proyecto. Sobretodo: ¡amate y libera al ser amado!
No eres ni más, ni menos que nadie por haber pasado por una decepción amorosa. Mira hacia adelante y busca alejar todos los pensamientos negativos. No necesitas pedir ni medigar para ser amada, mereces ser amada por lo que eres. Lo importante es superar esa fase con autoconfianza y seguir hacia adelante con la seguridad de que ser feliz es una decisión personal, solo depende de ti.
Y por más que no entiendas este abandono, no te la pases buscando explicaciones que solo aumentarán tu dolor. Sigue tu vida con Dios y estáte abierta para que El te sorprenda nuevamente con su gracia!
Graduada en Psicología, Judith fue cofundadora de la Comunidad Alianza Madre de la Ternura, y voluntaria en un centro de Atendimiento y Consejos para Mujeres (Montgomery County Counselling and Carreer Center), en Washington. Actualmente es psicóloga de la escuela Internacional Everest Atualmente, del Hogar Antonia y de la Congregación de los Seminaristas Redentoristas, con sede en Curitiba-Brasil.
muy bonita y tremenda reflexion no debemos mendigar amor debemos principalmente aprender a amarnos nosotros
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