siempre perdonamos, pues hay entre nosotros un lazo. Porque somos imagen y semejanza de Dios, tenemos conciencia de la importancia de esas personas en nuestras vidas.
Nuestro mayor problema es que no queremos sufrir, pero no tenemos como huir de eso, pues somos parte de lo finito.
Es necesario estar atentos a lo que el sufrimiento tiene que enseñarnos.
Él, (el sufrimiento) es una de las formas que Dios encuentra para darnos temple, darnos fuerzas.
Él nos da alas que nos hacen alcanzar altos vuelos.
En el sufrimiento somos como mariposas que están aprendiendo a volar.
¡Dios te Bendiga!
P. Cleidimar Moreira
Adaptación del original en portugues
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