jueves, 5 de mayo de 2016

Experiencia de Avivamiento - Día 40

Comencemos nuestra experiencia...

+ En el Nombre del Padre,
+ del Hijo
+ y del Espíritu Santo. Amén.

Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de Tus fieles y enciende en ellos el Fuego de Tu Amor.
Envía, Señor Tu Espíritu,
todo será creado y renovarás la faz de la tierra.

Oremos:
Oh Dios, que instruiste los corazones de Tus fieles con la luz del Espíritu Santo,
haz que apreciemos rectamente todas las cosas,
según Tu Santo Espíritu
y gocemos de Sus consuelos,
Por Cristo Nuestro Señor.
¡Amén!

Te pedimos, Señor, que esta Palabra se vuelva viva y eficaz
en nuestra vida y no vuelva a Tí, Señor sin producir en nosotros el efecto esperado.

Efesios 5, 14
"porque todo lo que se pone de manifiesto es luz. Por eso se dice: 
Despiértate, tú que duermes, 
levántate de entre los muertos, 
y Cristo te iluminará."
Jesús es la Luz, El mismo proclama: "Yo soy la Luz del mundo. Quien me sigue no camina en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" Juan 8,12 Siendo luz, estamos iluminados al estar en Su contacto; los lugares que están todavía en oscuridad en nuestra vida se volverán claros. El Señor quiero tocar todas las áreas de nuestra vida: mente, corazón, sentidos, emociones, sexualidad, efectividad, todo nuestro ser. Generalmente dormimos a la noche, de madrugada, y cuando amanece, o sea cuando clarea, despertamos del sueño para vivir un nuevo día de trabajo y de actividades.
Es hora de despertar, ser iluminados y llamados a iluminar.

Tengamos consciencia del gran llamado que Jesús nos hace:
"Ustedes son la sal de la tierra" cfr. Mt 5, 13 (...) ustedes son la Luz del mudno" cfr. Mt 5,14.

El tiempo urge, el juicio final se aproxima, tenemos poco tiempo para evangelizar y necesitamos despertar para vivir la voluntad del Señor y para iluminar a las personas con la luz de Cristo. ¿Y cómo iluminar al mundo? ¿Cómo irradiar esta luz de Cristo?
Con la Palabra, con la Buena Nueva del Evangelio y con el testimonio cristiano de que pertenecemos a Cristo. Despertar, para no perder el tiempo, para aprovechar cada oportunidad para iluminar, para testimoniar a Cristo, para evangelizar.
Pablo habla a los Efésios: "Levántate de entre los muertos" (cfr. Ef 5,14) o sea, los provoca para que resuciten de un sueño de muerte, que les impedía testimoniar, de evangelizar, de mostrar con la propia vida en quien colocaron su confianza.
Lo más importante es comprender que no tenemos luz propia, a pesar de que existen muchas "estrellas" en nuestro medio que piensan que la luz viene de ellas mismas.
En verdad, tenemos que entender que la luz viene de Cristo.
El es el Sol, y yo soy solo el reflejo.
Por eso, no funciona presentarnos a nosotros mismos, no funcionan nuestras cualidades, o nuestros dones personales; no funcionan los discursos melosos y llenos de psicologismos y poesía. Lo que funciona es la unción que viene del Ungido, de Cristo.
Siendo así, en la perspectiva de esta consciencia, necesitamos presentar a Jesús al mundo.
Quiero despertarte, mi hermano!
Permite que Cristo ilumine, ilumine tus pasos, o tu camino, y haga de ti un lucero donde quieras que estés; en tu casa, en tu trabajo, en la Iglesia, en tu movimiento, en la sociedad y donde el Espíritu de Dios te lleve.

Levántate, profeta de entre los muertos para profetizar, despierta, renuncia a todo letargo, al abatimiento, al desánimo, lleva a Cristo, presenta Su amor, Su misericordia, Su paz, la salvación, el cielo.
Yo y vos somos llamados a ser testimonio de Cristo y no podemos perder tiempo, pues el tiempo se abrevió. Ya es hora de despertar, adelante, profetas, adelante, intercesores, adelante, testimonien a Jesús, reconquistemos los espacios que fueron conquistados por el enemigo, tengamos el coraje de ir a los perdidos, a los que están en el reino  de la tinieblas, y presentemos el reino de la luz, el Reino de Cristo.
Amén!

Mortificación
Pide a Dios que ilumine los lugares de tu vida que todavía estan inmersos en las tinieblas (tal vez pensamientos, sentimientos, afectos, temperamento, sexualidad, relaciones, y lo que recuerdes). 
Colócate en la luz de Cristo y sal a iluminar aquellos que andan en el reino de las tinieblas, anuncia sin miedo, sin temor, la Buena Noticia del Evangelio, ve a las periferias de la existencia.

Oración de clamor
Señor,  mi amigo, quiero hoy ser iluminado por Tu luz y que toda tiniebla sea disipada de mi vida.
Quiero someterme a esta luz, que eres Tu, Jesús.
Coloco mis sentimientos, que muchas veces, son atormentados por las tinieblas; de esa forma, presento mis afectos, deseos, voluntad, pensamientos, temperamento, pidiendo que Tu luz pueda iluminar todo lo que este todavía embriago de tinieblas.
Disipa toda oscuridad de mi vida, quiero ver brillar en mi Tu luz.
Siendo iluminado por Ti, quiero ser lucero, quiero ser farol que apunta hacia Ti.
No quiero gloria humana, no quiero fama, quiero simplemente realizar Tu voluntad y ser canal de Tu gracia.
Despiértame, Señor, del sueño en que muchas veces, me encuentro, sin entender las señales del tiempo.
Percibo que el tiempo urge y que aquello que Pablo dijo es real, el tiempo se abrevió y quiero más y más asumir lo que soy: sal de la tierra y luz del mundo.
Ilumina cada día más mi visión para que yo pueda percibir claramente donde el Señor quiere enviarme, que yo vea a las personas que quieren que yo les anuncie la Buena Nueva e ilumine con Tu Luz.
Llévame a los perdidos, despiértame para que yo vaya a los cautivos, indícame el camino que debo seguir, úsame, Señor Jesús.
Te pido una gracia especial: resucítame, levántame, de entre los muertos.
Si la profecía estaba muriendo en mi, quiero retomarla haciendo acontecer este gran milagro en mi vida.
Despiértame del sueño de la muerte, de la muerte espiritual, de la muerte de Tus sueños para mi vida, de la muerte de la fe expectante, de la muerte de mi espiritualidad, de mi ser avivado.
Resucítame, Señor, despiértame para la alegría del Evangelio para el ardor misionero, para la santa locura de Tu seguimiento.
Imumíname, Señor!
Úsame y transfórmame, Señor!
Despiértame, señor!
Gracias, mi Dios, a Ti la Honra y la Gloria, la Alabanza y toda adoración.
Haz que el Espíritu Santo realice esta obra en mi, cambia mi vida, ilumina los lugares que necesitan de Tu luz en mi.
Amén.
Aleluia!
Gloria a Dios!

Deja al Espíritu Santo llevarte a la experiencia de un gran clamor para,
entonces, poder revelar lo que el tiene para tu vida.
Ora todo lo que puedas en lenguas.

Sobre la base de "Profecia do Avivamento"
p. Roger Luis - Canção Nova.
Adaptación de textos originales en português.

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