sábado, 7 de mayo de 2016

Experiencia de Avivamiento - Día 42

Comencemos nuestra experiencia...

+ En el Nombre del Padre,
+ del Hijo
+ y del Espíritu Santo. Amén.

Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de Tus fieles y enciende en ellos el Fuego de Tu Amor.
Envía, Señor Tu Espíritu,
todo será creado y renovarás la faz de la tierra.

Oremos:
Oh Dios, que instruiste los corazones de Tus fieles con la luz del Espíritu Santo,
haz que apreciemos rectamente todas las cosas,
según Tu Santo Espíritu
y gocemos de Sus consuelos,
Por Cristo Nuestro Señor.
¡Amén!

Te pedimos, Señor, que esta Palabra se vuelva viva y eficaz
en nuestra vida y no vuelva a Tí, Señor sin producir en nosotros el efecto esperado.

Filipenses 2, 10-11
"Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia."
Nadie puede decir Jesucristo es el Señor si no es por el Espíritu Santo. Exactamente porque no significa simplemente una palabra tirada el viento, sino que dice de vida, de comportamiento, de experiencia. No dudes, en el Nombre de Jesús hay poder, fuerza, unción y gloria. Percibe que no es un nombre mágico, pero es el nombre que está encima de todo nombre.
El hace la diferencia y ejerceo todo el poder en la vida de aquellos que viven para Cristo y saben de la fuerza que ha en éste nombre, que creen y esperan en Él.
Recordemos que el Nombre de Dios para el pueblo de Israel era impronunciable. Dios dise a Moisés en la zarza ardiente: "Yo soy aquel que soy" (cfr. Ex 3,14)
Y el nombre impronunciable de Dios era un tetragrama: YHWH.
Ellos tenían un respeto muy grande por el nombre de Dios, era tan sagrado que no podían pronunciarlo pues no resistirían, morirían al decir el nombre de Dios. 
Comenzaron a llamarlo Adonai, que significa "mi Señor". Hoy, las cosas han perdido el sentido y, muchas veces, usamos el nombre de Jesús en vano, en juegos, o hasta hemos adquirido un tics carismático y en todo decimos: "en nombre de Jesús".
No nos olvidemos del segundo mandamiento: "No tomar el Santo Nombre de Dios en vano".
Dios se aproximó de nosotros, armó Su tienda en el medio de nosotros, se volvió accesible, visible, y nos reveló Su Nombre poderoso: Jesús.
Como leemos en la Palabra, en la carta de San Pablo a los Filipenses, ese nombre sobre el cual "toda rodilla se dobla en el cielo, en la tierra y abajo de la tierra".
Eso demuestra la sacralidad del nombre, el respeto es nombre de Dios que se encarnó.
Hay poder en el nombre de Jesús.
Rescatemos aquel hecho grandioso, cuando Pedro y Juan fueron a rezar en el Templo y, en la puerta Hermosa, encontraron aquel hombre lisiado de nacimiento que pedía limosna, narrado en los Hechos de los Apóstoles, en el capítulo tres; cuando les pidió limosna, Pedro le miró a los ojos y le dijo: "Oro y plata no tengo, pero lo que tengo te doy: en nombre de Jesús, levántate y anda" (Hch 3,6)
En la misma hora el saltó sobre sus pies y entró saltando y alabando a Dios en Templo.
Mira qué poder hay en este Nombre, todavía es necesario creer y asumir, vivir de acuerdo, tener la vida totalmente en el Señor.
Vuelvo a afirmar que el Nombre del Jesús no es un nombre mágico, sino, sí un Nombre santo, fuerte, poderoso.
Necesitamos con los labios confesar que Jesucristo es el Señor, y que esta confesión promueve en nuestra vida una gran transformación, o sea una adecuación de nuestra vida al nombre confesado. Y que todo sea para gloria de Dios Padre.
Asumamos este nombre, caminemos bajo la autoridad de este nombre, adecuemos nuestra vida al Señor y que todo lo que hagamos sea para la gloria de Dios Padre.
Amén!

Mortificación
Asume el poder que hay en el nombre de jesús.
Pide al Espíritu Santo para que consigas adecuar tu vida a lo que proclamas y asumes

Oración de clamor
Señor  Jesús, hoy quiero pedir que el Espíritu Santo me posea, me alcance y me lleve a declarar que Tú eres el Señor de mi vida.
Estando lleno de Espíritu Santo esta proclamación me llevará a dar sentido a lo que estoy proclamando y asumiendo.
Jesús, declarar que Tú eres el Señor es afirmar que tienes todo poder y autoridad en mi vida y en todo lo que yo haga y via.
Es exactamente esto que quiero experimentar, Tu dominio, Tu autoridad, Tu poder, para que mi vida sea totalmente marcada por esta declaración. Estoy entregando en Tus manos el dominio de mi vida, de mi historia, de mis voluntades y de todo aquello que soy y tengo. 
Esto me lleva, también, Señor, a atener Tu Palabra como palabra de orden y a obedecerla estrictamente.
Que Tu Espíritu Santo me lleve a experimentar todas las gracias espirituales contenidas en Tu Nombre y en la confesión de que Tú eres el Señor.
Dame el coraje de usar Tu Nombre como una gran arma espiritual contra el maligno, que yo sepa usar el poder y la autoridad de Tu Nombre para vencer al diablo y neutralizar la acción del mal en mi vida, en mi familia, en mi ministerio.
Que también en Tu nombre, Jesús, yo enfrente los desafíos; rece por la sanación y por milagros y conquiste siempre la victoria.
Desde el fondo de mi corazón, Señor, quiero hacer todo para gloria de Dios Padre y Su alabanza.
Jesucristo tú eres el Señor, eres mi Señor, mi Salvador, mi Redentor, mi victoria.
A todo esto me abro y me someto, en el nombre poderoso de Jesús.
Hay poder en el nombre de Jesús -Aquel que bautiza con el Espíritu Santo, quiero ser avivado, para vivir cada día más bajo el signo de Tu Santo Nombre.
Amén.
Aleluia!
Gloria a Dios!

Deja al Espíritu Santo llevarte a la experiencia de un gran clamor para,
entonces, poder revelar lo que el tiene para tu vida.
Ora todo lo que puedas en lenguas.

Sobre la base de "Profecia do Avivamento"
p. Roger Luis - Canção Nova.
Adaptación de textos originales en português.

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