¡Buen día, Espíritu Santo!
En la mañana, cuando el anhelo de Tu Presencia crece,
Clamo Tu auxilio y Tu consuelo.
Llena mi corazón con Tu alegría, Tu Santidad,
y Tu Poder!
¡Ven, entra, mora, llena mi nada de Tu Todo,
¡Haz de mi, tu habitación, y… ¡no salgas!
¡Sé uno conmigo!
Porque sin Ti no puedo;
Porque sin Tu Luz soy tinieblas…
Y habla! atento quiero escucharte:
¿qué podemos hacer juntos hoy?
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