domingo, 25 de marzo de 2018

Meditación: Marcos 14, 1–15, 47

Domingo de Ramos de la Pasión del Señor


Jesús dijo a sus apóstoles: “Siento en mi alma una tristeza de muerte… quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos” (Marcos 14, 34) y hoy nos lo dice también a nosotros. 

En esta semana, la más sagrada del cristianismo, Jesús nos invita a entrar en su corazón, y permanecer allí orando con fervor y reflexionando sobre los maravillosos acontecimientos que presenciaremos en estos próximos días. De esta forma podremos regocijarnos en la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, y experimentar el gozo de la reconciliación con el Padre.

Al crearnos, Dios quiso que tuviéramos una íntima comunión consigo, pero en el Jardín del Edén, el cumplimiento del deseo divino quedó frustrado porque el hombre decidió desobedecer a su Creador. Más tarde, en el huerto de Getsemaní, Jesús pidió que si era posible cumplir la voluntad de Dios sin beber la copa del sufrimiento, que así fuera, pero siendo perfectamente obediente, sumiso y unido al Padre, añadió: “Padre… que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” (Marcos 14, 36).

Cristo aceptó la decisión del Padre, aun cuando su humanidad ansiaba otra solución. Por nuestra parte, si permanecemos en Cristo y deseamos de todo corazón cumplir la voluntad del Padre, también recibiremos respuesta a todas nuestras oraciones. Jesús dijo “no se haga lo que yo quiero”, y por eso nos puede decir “Si ustedes permanecen unidos a mí… pidan lo que quieran y se les dará” (Juan 15, 7).

La condición para recibir respuestas a la oración es permanecer unidos a Cristo y nutrirse de sus palabras, su Cuerpo y su Sangre, porque aceptar la voluntad de Dios es aceptar a Dios mismo.

Hoy y todos los días de esta Semana Santa, empéñate por mantenerte unido a Cristo Jesús, para que aprecies mejor el misterio de la salvación. Sé uno con Cristo y conoce la bendición de obedecer la voluntad de Dios. Entonces, en toda circunstancia, podrás decir, “Padre, no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.”
“Cristo amado, queremos permanecer siempre unidos a ti para hacer tu voluntad y recibir la paz y el amor que ganaste para nosotros en la cruz.”
Marcos 11, 1-10
Isaías 50, 4-7
Salmo 22(21), 8-9. 17-20. 23-24
Filipenses 2, 6-11

Fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros

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