TRISTEZAS, RABIAS, RESENTIMIENTOS Y DIVISIONES EN LA FAMILIA
la dureza de mi corazón, y también de mi familia,
retirando toda tristeza, resentimiento, rabia, rencor,
odio, venganza y desentendimiento.
Rezo en este día de la novena por los miembros de mi familia y amigos que estén sin conversar, para que toda división sea quebrada y mi familia pueda ser unida ahora debajo de Tus pies.
Renuncio y pido la sanación y liberación de todas las contiendas,
peleas, dificultades y relaciones de incomprensión,
toda resistencia y dificultad de expresar sentimientos y cariños.
Pido María que el odio y la hostilidad desaparezcan del seno de mi familia.
Pido que nuestra Señora entre en mi casa,
en casa de mis familiares, retirando todo aquello que roba el amor,
el cariño, que roba el tiempo que debería ser dedicado a las personas,
que son más importantes.
Retira de mi familia todo egoísmo, individualismo,
dificultad de hacer de la familia una comunidad fraterna,
que Nuestra Señora devuelva por Sus Pies
y por los méritos de la Sangre de Jesús la sintonía, la unidad, la paz en la familia, trayendo serenidad, retirando agitación y todo espíritu perturbador.
Rezo en este día de la novena por aquellos parientes que están distantes,
los que están apartados de Dios y de la Iglesia,
los que se sienten perdidos y paralizados, pero que todavía no reconocen eso,
que no aceptan ayuda o que se apoyan en sus propias fuerzas,
Ayúdanos, Oh madre,
entra en el corazón de ellos, porque solos no entenderán la voluntad de Tu Hijo.
Que seamos transparentes y simples
como son las almas confiadas a Tus Pies,
danos pureza de pensamiento, de cuerpo y de alma
y un corazón entregado a vos sin reservas.
Amén!
“Y me sacó del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
puso mis pies sobre la roca, y enderezó mis pasos.”
Salmo 40, 2
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